LOS NEO-SOFISTAS Y LAS NARRATIVAS FABULOSAS.

Perotti, Nicolò, arciv. di Siponto, circa 1429-1480. Cornucopiae sive commentariorum linguae latinae ad illustrem principem Federicum Urbini ducem et ecclesiastici exercitus imperatorem invictissimum,.           

           LOS NEO-SOFISTAS Y LAS NARRATIVAS FABULOSAS 

Roberto Palomo-Silva

En algunos posts anteriores, nos hemos estado refiriendo a ciertos elementos, que muestran, el antiguo y siempre presente tema, de los sofistas griegos e incluso romanos, su transmutación, en figuras actuales o tal vez, mejor dicho, su concreción en nuevas y complejas figuras, una vez comprendido, el enigma y la realidad, del arte del sofisma, es más fácil identificarlos, tanto como individuos concretos y relevante, sus métodos y maneras, de conducir y practicar el arte seductiva, del encantamiento, de la convicción falaz y el engaño semi oculto.  Disfraz y máscara.  El lenguaje construido, para deliberadamente engañar y desviar, provocar asombro e incluso engendrar una pseudo sabiduría y conocimientos superiores, lo cual enmascara no solamente la falta de sentido, sino peor aún, la intención, poco disimulada, de atraer y hacer caer, en trampas y esquemas perversos, con fines y objetivos, aún más siniestros. Establecer un nexo oculto y hacerlo público y evidente, que viene y viaja de la plaza griega a los esquemas a la Ponzi, una historia oculta, de la manipulación y el engaño, cuyos escenarios no están de ninguna manera, reservados exclusivamente, para políticos y demagogos, incluso ha sido practicado, por estafadores profesionales, que han abusado, de personas cuyos talentos y virtudes están a prueba, de cualquier duda. Debe ser posible establecer un hilo conductor, que lleva de la imagen clásica, “del pescador con caña” a los elaborados incluso sofisticados, diseños, para pescar fortunas, robando no solamente a incautos, sino a individuos víctimas probablemente, de la confianza y de otros elementos, sumamente sutiles, que incluyen familiaridad y cierta pertenencia a comunidades compartidas. 

En la segunda sesión, del 19 de diciembre del 2001, nos referimos a los seminarios de “La Bestia y el Soberano”,  Derrida nos introduce a la fascinante discusión, de la narrativa fabulosa, entendida ésta como aquella vinculada a los fabulistas, a esa antiquísima tradición literaria, que arranca desde los clásicos griegos y nos lleva quizá, excediendo los límites del análisis del soberano y la bestia o tal vez ensanchando sus límites , a la literatura fantástica y los géneros cultivados hoy día y que han tenido un gran impacto, en el cine y en las series producidas y presentadas, por los otros medios visuales, que dominan actualmente las tele-audiencias mundiales, literalmente.  En este género hay incluso las que toman formas políticas o presentan, narran, historias de poder y dominación, son tantas y resultaría inútil e imposible nombrarlas a todas, sin embargo, destacan en las últimas décadas, las que siguiendo esa tradición, de los fabulistas clásicos, nos presentan interacciones, entre seres humanos y bestias fantásticas, dragones principalmente,  sustituyen a los animales hablantes, tortugas, lobos, corderos o leones, entre otros. Es el encuentro generado a partir del nexo ese ontológico, indisoluble cabría pensarlo, donde hay un tránsito revolvente, el cual va y traspasa los momentos intercambiables, en que el soberano domestica a la bestia y ésta domestica a la bestia interna del soberano, aunque sea solamente un pura apariencia, puesto ambas coexisten mutuamente, en esa segunda sesión, Derrida introduce un nuevo elemento, el del llamado lugarteniente del Soberano Absoluto, aquel que habla y ejerce soberanía a partir de otro, mejor dicho, en nombre de otro y de allí que lo llame lugarteniente o representante del Absoluto – lo identifica como divinidad aunque no sin mantener ciertas reservas – y lo hace a partir de una complicada hermenéutica deconstructiva, de ciertos textos del Leviatán de Hobbes. En el mundo de las fabulas literarias el diálogo hombre-animal, se daba una cierta reflexión ética, hacia una función propedéutica, educativa incluso, un aprendizaje, de los límites humanos o de una comprensión, de la humanidad misma, lo que hace al animal humano trascender su condición – a veces no pareciera ser posible del todo, al menos – y, principalmente, poder aprender el uno del otro.  Reconocimientos de límites y fronteras. 

Ese tránsito del animal-hombre-Dios sufre una constante y repetida modificación, pareciera coincidir, con otra cuestión tal vez menos observada y sumamente ligada, con la actualidad, sobre todo si nos planteamos el asunto de las respuestas, veámoslo así, al darle el tratamiento de una serie cuasi estructural, tenemos una transmutación, que se inicia con el sofisma, adquiere la figura de la fabula – hay que resaltar acá un elemento de posibilidad – y luego se manifiesta en nuestra cultura actual, bajo la nueva de forma del silencio o de la falta de respuesta.  Derrida describe ese intrincado proceso, como una “metamorfosis analógica”, hay en la tradición europea y occidental, una conversación, que desemboca en la soledad del silencio.  Los interlocutores dejaron de responder.  El imperio del silencio y del monólogo se ha impuesto, en este mundo lleno de una condición, prevalente y dominante, una cierta incapacidad por escuchar, tal vez venga a cuenta si pensamos – rescatando un texto hoy día semi olvidado -, un poco en las famosas seis reglas de Erich Fromm, para escuchar, una de ellas y la cual es vinculable, con lo que estamos tratando de argumentar y describir, es la tercera de ellas, contar con una imaginación lo suficientemente libre, para poder traducirla en palabras. Y viene claramente a cuenta;  dado estamos ante el conservatorio constante, entre la bestia y el hombre dominante, tanto como hombre-animal, al Soberano, hombre semi deificado, concluyó en esa metamorfosis del no escuchar y donde el dominio del silencio se extendió extrañamente.  Ese silencio pudiera ser o al menos así lo describe Derrida, un desplazamiento, de la domesticación a la compañía, una condición y característica muy establecida, en el conjunto de interacción configuradas, por todo este mundo de la “post-modernidad” es la incorporación a la vida urbana, de la presencia de animales domesticados, como acompañantes cuasi-personales, hay un dialogo diario, íntimo, casi, entre lo que desde hace un tiempo se ha identificado como “mascotas”, llevado a niveles de mucha mayor profundidad, “animales de compañía”, garantes de la seguridad y bienestar, de sus amos o amigos, dependientes de su presencia, entrenados, para desempeñar tales roles.  Del dragón hablante a los animales, los cuales  son parte de una cotidianidad permanente, la vida del humano no pareciera poder transcurrir, sin dicha presencia.  Las narrativas políticas, de la intimidad del poder y su diario ejercicio, donde esos dragones hablantes, no todos aunque si muchos de ellos, capaces de ir mas allá de la obediencia y la orden, de la protección y del hecho mismo de ser armas literalmente, de agresión y defensa, parte de un arsenal, cuyo fin no es otro, sino la protección constante del soberano.  Del fabulismo clásico a la narrativa fantástica, hemos sido testigos, de esa metamorfosis analógica. 

Actualmente y no es un fenómeno particular a una sola región, es más bien de manifestación global, son muy pocos – si alguno realmente – los países que se sustraen, de esta metamorfosis analógica, las narrativas falsas y los neo-sofismas pululan y habitan, casi sin restricciones, casi todas las manifestaciones humanas, tanto desde la política, hasta las artes. Olas y olas de propagandas manipuladoras y defoliantes, avalanchas de odio y desprecio, constantes y continuadas formas de ataques nada disimuladas, a personas, instituciones, países enteros inclusive.  Degradación humillante casi sin restricciones.  Los países gobernados por totalitarismo autoritarios, gozan de una cierta inmunidad, aunque no es total dado que la internet y la revolución tecnológica, han literalmente invadido todos los dominios, de la existencia humana.  La privacidad es un derecho bajo extinción y bajo una invasión y ataque constantes.  Es claramente apreciable, cómo los regímenes autoritarios luchan por controlar la internet y las llamadas redes sociales, las democracias occidentales luchan por evitar, esa libertad tan duramente establecida, no sea abusada, por quienes usan dichos medios como armas de agresión.  El exceso de regulación es odioso e indeseable; sin embargo, en ciertos momentos, deseable y necesario.  Los espacios personales son cada vez mas reducidos y los otrora llamados “públicos estados de interpretados” – en la terminología de la analítica existenciaria – reinan rampantes y alegremente, por todos los dominios de lo humano. No es necesario demasiadas referencias o relaciones anecdóticas, para aludir a este fenómeno, que todos sufrimos y experimentamos.  La defensa incluso teorética, del mundo de la no-verdad y la relatividad de la misma, está lentamente imponiendo las narrativas falaces y los neo-sofismas. La necesidad de escribir la historia es hoy día más crucial que nunca, esa historia bien relatada, tanto en su extensión y gestación, como reglas que se usaban, bajo rigores metodológicos y analíticos, antes y,  en las ultimas décadas, parecen abandonadas.  Decir mentiras abiertamente pasa casi desapercibido y peor aún, inclusive aceptado, por millones de seres humanos, dispuestos a creer a pseudo-lideres irresponsables y ambiciosos, narcisistas y aprovechadores, de las debilidades propias, de la ignorancia y la ingenuidad.  Los viejos pescadores con cañas campean sin restricciones, cazando víctimas fáciles e indefensas.    

Aunque pueda parecer reiterativo siempre resultara insuficiente, destacar o tal  vez “denunciar” – no es un término que genere mucha comodidad -, en tanto y en cuanto se trate de un “hacer-ver”, apuntar hacia, destacarlo es una necesidad permanente, la narrativa falsa ya muy establecida, alrededor de la irrelevancia, de la verdad – habría que agregar también, los hechos y su constatación -, tiene una importancia capital.  La verdad y su retirada, desnuda como mucha de la iconografía clásica la presentaba, acosada y perseguida, por la mentira, sigue sufriendo ese “no-querer-saber”, de todos aquellos cómplices o no, aceptan y callan, ante su retirada u ocultamiento, la denuncia si cabe, no puede ser sino la referencia al retiro y ocultamiento, el cual sufre continuadamente, cínicamente debe decirse hoy en día, por parte de todos y son muchos, detractores y demás dilectos miembros, de la “galería de las grullas”  y sus alegres acompañantes, como alguna vez los llamara, Peter Sloterdyk, en sus reflexiones sobre el eurotaoismo, el “kinetismo político’ (politische Kinetik), tal cual lo designara, hacia finales del siglo pasado. La política del kinetismo y la movilización infinita, donde el mundo es sonido, como decía a finales de los ochentas, antecediendo al mundo del antropoceno al cual aún, aparentemente, estamos recién entrando.  La modernidad tardía y discontinuada o el movimiento perpetuo de la actividad incesante, del autoactivismo inagotable. El movimiento permanente, interminable, del ego en pos de una utopía perdida o no alcanzada.  El desgaste de la modernidad y su caída en la absurdidad, del kinetismo político. 

Algo mas sobre la metamorfosis analógica y el transito del sofisma a la fábula y al silencio o la no-respuesta.  Si en la retórica clásica, fabular implicaba también una reflexión ética e incluso moral, en la actualidad el neo-sofismo y las narrativas falsas, deliberadamente falsas, han desistido, obviamente, de ese elemento ético y moralizador.  La función propedéutica es reemplazada, por el convencimiento, como forma de sumisión y sujeción.  El “encantador de serpientes” es un cazador de hombres, en la plaza y en la intimidad perdida.  Ha invadido todos los estadios de la existencia.  La modernidad y el progreso civilizador cambiaron su proyecto inconcluso, por uno menos altruista y totalmente centrado, en la dominación y el control.  Esa caída de la cual la analítica existenciaria nos hablaba tanto y cuyo discurso alcanzó a la gran  literatura, al arte y todas su manifestaciones durante la posguerra, por todas partes del mundo, que sufrió el colapso y el horror de millones de muertes y la destrucción, no tuvo fronteras.  Las expresiones y creaciones artísticas dan testimonio de lo incomprensible del horror vivido, del Guernica al gran cine;  tristemente pareciera, que todos esos millones de seres humanos muertos, por guerras indescriptibles, no fueran una lección suficiente, para no solamente aliviar el sufrimiento inenarrable, de tantos y tantos seres humanos, sino trágicamente, continuamos repitiendo incisamente esos sacrificios rituales de muerte y destrucción, bajo condiciones deshumanizantes y de un auténtico horror infernal.  Hay un antiguo texto, producto del arte de un fabulista muy particular, religioso nacido en Tapachula, en aquellos tiempos Guatemala, hoy en día Mexico;  traemos a cuenta esa fábula, la cual literalmente, es un dialogo, entre leones y humanos, una madre-leona, advierte a su poderoso hijo, que existe un animal temible y a quien a pesar de su poder y fuerza, no podrá nunca someter, es el hombre, el animal humano.  La advertencia de la madre-leona viene muy a cuenta, para concluir esta reflexión, destacamos unos párrafos, que serán suficientes, para asomarnos a la profundidad de su reflexión, dice Fray Matias de Cordoba (1776-1828), en su extraordinaria, un tanto olvidada tal vez, “La tentativa del Leon” al referirse al hombre al animal humano: “El hombre…Todo lo rinde, todo lo sujeta:/Oprime al mar, se sirve de los vientos,/Arranca las entrañas de la tierra,/Y, lo que me horroriza al referirlo,/El rayo ardiente á voluntad maneja. (…) Es el hombre feroz con sus hermanos, !Cómo no lo será con una fiera!.”.

OPOSICIONES, CONTRADICCIONES Y ENFRENTAMIENTOS: LA DIALECTICA DE LA CONFRONTACION.

Roberto Palomo-Silva

L’Éloge de la dialectique, René MAGRITTE, 1937.

Galería Nacional de Victoria, Melbourne. Australia.

La dialéctica, el pensamiento dialéctico creció y se transmutó, ante nuestros propios ojos. No todos fueron capaces de seguir ese extraordinario proceso, que sigue impactando la existencia, en todos los planos y niveles. En más de un momento, hemos podido apreciar y como intuir, en el sentido de atisbar y ver, su condición casi de organismo vivo. Sus mutaciones y transformaciones parecieran esfuerzos de adaptación a situaciones de sobrevivencia, conservando un centro esencial, un fondo inmutable y permanente. La confrontación, que toma distintas formas. La dialéctica ha estado en el pensamiento filosófico desde sus inicios, tal vez concebida de otras formas, Heráclito y los griegos pensaron dialécticamente, aunque no sólo ni exclusivamente, hay una idea que pareciera no estar presente, en los pensamientos clásicos alrededor de la irreconciabilidad de lo real, sombras y luz, ríos y cavernas, esclavitud y libertad, conocimiento y búsqueda del bien, podrían ser pensados como formas de salir de esas oposiciones iniciales, la liberación de “la caverna”, la ruptura de las cadenas a través de la iluminación del saber, dirigido a la idea del bien. Cuánto de pensamiento dialéctico habrá en el Talmud y fue generado por los Grandes Rabinos, que lo construyeron, es un tema a debatir, afortunadamente muchos de sus nombres están en nuestra memoria y conocimientos, muchas veces repetidos y a lo largo de ese extraordinario conjunto de saber humano, que pareciera también emerger de pensamientos opuestos, aunque en el desarrollo de la argumentación, generalmente – no todo el tiempo – hay muchas conciliaciones e incluso conjunciones de ideas aparentemente opuestas. Hay una oración que se dice, al terminar el estudio de un Tratado, seder o syyum, del Talmud y de la Mishnah, Hadran (הַדְרָן), en el arameo imperial, que es una invocación a volver a visitarlo y renovar el descubrimiento constante, de nuevas formas de sabiduría o incluso elementos, que no fueron tan evidentes en la primera aproximación, valga la referencia acá, para mencionar, que dicha oración contiene una alusión directa a un grupo de Rabinos – algunos relacionados, entre si y otros tal vez no lo estaban -, bar Pappa, y son ellos, entre otros, Chaninah, Rafi, Nachman, Achai, Aba, Rafram, Rachish, Sorchav, Ada y Daro, los nombres de algunos de esos Grandes Sabios, que construyeron ese monumento del saber humano.

Las antiguas dialécticas, es difícil establecer realmente sólo una, incluso si hiciéramos el análisis filológico-existenciario, termino que he empleado, en otros ensayos, para practicar la analítica originaria del sentido de la palabra , la manera y forma en que era empleado, en el mundo clásico en general y luego su larguísimo desuso o casi olvido, nos lleva a la idea inevitable del dialogo, de la conversación y del planteamiento de ideas diferentes, desde los griegos y el mundo romano, la dialéctica, διαλεκτική, como tal tuvo un lugar, que iba desde una práctica a un método, ocupando inclusive un espacio, en la lógica misma. Conversar y discurrir, a través de palabras, en el dialegesthai, verbo griego el cual connota el sentido del conversar, argüir, discutir, y, como fácilmente se apreciará, la nación del lógos griego está presente. Ir a través del encuentro dialogal, para no solamente confrontar ideas y criterios, sino para profundizar en la construcción del conocimiento. Debatir por medio de argumentos construidos a partir claro de palabras, aunque centrándose en el contenido y substancia, de lo argumentado, no en la mera edificación morfológica de las palabras y sus usos, retórica, ejemplo de tal visión y uso se encuentra en un pasaje muy conocido y citado, en el Gorgias de Platón, Socrates establece la distinción, al referirse a la retórica, defendida por Gorgias, como “obrera de la persuasión”, adscribiéndole la condición de tekhné opuesta al modo de pensar dialogal y dialéctico y, es así como, en el famoso pasaje referido a saber, 499B, exhorta a Gorgias a retomar el método de las preguntas y respuestas, el dialogar socrático o sea la búsqueda en el dialogo de la respuesta, evitando el uso excesivo de palabras como lo venía haciendo Polus, “… διατελέσαι τὸ μὲνἐρωτῶν…”, practicando una discusión dialogal y no una discursiva y retórica. Hay un largo camino hacia la dialéctica como se llegó a entender, transmutada en una herramienta político-revolucionaria, quizás venga a cuenta esta distinción, tal y como la establece Platón, en este momento, intentando separar una practica discursiva y persuasiva, más bien afirmando una dialogal y generadora de conocimiento y siempre en pos de establecer la verdad, algo a lo cual nuestro mundo actual, pareciera haber renunciado ostensiblemente, priorizando la persuasión, la imagen y tal vez, lo más relevante, abandonando deliberadamente la construcción de conocimiento por medio del pensamiento compartido, generado por medio de las “preguntas y respuestas”, para conservar la antigua idea de la dialéctica clásica.

Cuándo la dialéctica se transmutó en un medio de confrontación y lucha, es una cuestión fascinante, la tradición ha sostenido, que Hegel inicia el pensamiento dialéctico, si recordamos el celebre análisis, de la dialéctica del siervo de la gleba y el señor feudal, en la Fenomenología, las oposiciones empiezan a ser descritas a través de categorías político-éticas, opresión, sujeción, y, aunque las categorías económicas van a ser introducidas principalmente por Marx, no exclusivamente, se van a tornar centrales, la idea del “capital como trabajo acumulado” y la introducción de la idea de la “lucha de clases”, como motor y eje de la historia, llevaron el pensamiento dialéctico al marxismo inicial, aún en los llamados escritos del joven Marx, las ideas centrales ya son articuladas, en términos político-económicos, claro está de allí a la Critica de la Economía Política, la casi olvidada teoría de la plusvalía literalmente, transformaron el mundo emergente de la revolución industrial. La vida es lucha, es guerra, la revolución es la única alternativa, para alcanzar una sociedad y un mundo justos. El fantasma del comunismo ya no sólo recorrió Europa sino todo el mundo. Se adueño de consciencias y generaciones, el lenguaje del materialismo histórico y la noción de la historia como lucha de clases, penetró tan profundamente, que se llegó a convertir en una nueva religión. La ortodoxia marxista-leninista introdujo una forma de maldad profunda, de la cual el mundo aún no se ha recuperado, sin embargo, entre la llamada “visión científica del mundo” y los manuales de marxismo – propagandistas y de un muy pobre nivel – y dialéctica revolucionaria, la violencia y la lucha se implantaron y enraizaron por todas partes. La confrontación se tornó mundial, tal y como ese fantasma lo buscaba. Nada permaneció intocable, hasta las familias, fueron sometidas a la confrontación ideológico-revolucionaria, se desgarraron, no es de extrañar si el dictum marxista, estableció un nexo, entre la propiedad privada y la familia, había que derribar a la burguesía destruyendo su corazón mismo, la familia, en favor del solidarismo revolucionario.  El imperio de la sociedad sin clases sociales y la dictadura del proletariado, fueron mucho más que slogans propagandísticos, eran modos de vivir y de luchar. Dentro de una de las muchas estrategias revolucionarias, había una que fue particularmente aguda en la America latina, la llamada “exacerbación de las contradicciones”. Al dividir todo en dos partes, la contradicción principal, entre el romántico y antiguo lenguaje hegeliano, del señor feudal y el siervo de la gleba, se transmutó, entre el burgués y el proletario, había que fomentar la confrontación, fomentar la división y atacar la llamada consciencia deformada, de la burguesía.  La lucha de clases era ya imparable.

Las guerras son siempre una autentica monstruosidad, una abominación, lo humano desciende y se empieza perder, de los sacos y asaltos a ciudades, en tiempos milenarios a las modernas guerras, con tecnologías y armas sofisticadas, producen siempre lo mismo, horrores inenarrables, crueldad y atrocidades inconmensurables. Las guerras románticas de ejércitos enfrentados en campos deshabitados, masacrándose mutuamente sin limites, más que el del instinto de seguir vivos, y, hoy en día, guerras libradas, entre habitantes de ciudades, ataques indiscriminados, sin compasión alguna, justificadas, por cierto, en un derecho internacional constantemente violado e incumplido, afortunadamente contamos con algunos mecanismo y sistemas – lejos de ser ideales -, que al menos intentan introducir o restituir niveles de humanización, perdidos en las agresiones y actos de terror. Hasta hace unos cuantos años, asistimos a la emergencia, de las llamadas “guerras de liberación”, luchas antiimperialistas, justicia revolucionaria, todas estas narrativas y lenguajes buscan vestir de galas absurdas a la muerte, que las guerras y el moderno terrorismo – hermano bastardo de las guerras – todas desencadenan. Son ya los tiempos de una nueva mutación de la dialéctica predominantemente marxista; empero, hábilmente transformada, revestida con los ropajes, que un desarrollo y cambios importantes, le permitieron, la engalanaron grandes pensadores e intelectuales, del pasado siglo. Cuando en la antigua Union Soviética – cuna de esas primeras mutaciones de la dialéctica “clásica”, Hegel-Marx-Engels – elevó una teoría al estatus de religión mundial, muchas controversias se gestaron, “revisionismos”, el “marxismo humanista”, del joven Marx, las versiones extraeuropeas, Mao y todas las formas de leer esa dialéctica invasora del mundo, generadoras de tantos actos de barbarie y destrucción, e inclusive en la América Latina, el Castro-Guevarismo, fenómeno absolutamente demencial, haber convertido al Che Guevara en un icono cultural, de tal magnitud, que se venden globalmente, camisetas y pósteres, con la infame figura, de Guevara y la famosa boina, un acto del más pobre kitsch, paradójico, justamente ese es el momento, en que las narrativas falaces y mentirosas, se empezaron a imponer mundialmente. La dialéctica marxista transformada, desde adentro por pensadores importantes, como Sartre o Levi-Strauss, desde diversas disciplinas, para no recordar tal vez al más influyente, silenciosa y casi desapercibidamente, Antonio Gramsci, de quien cuenta la historia, que el propio Stalin dijera a la nomenclatura del Partido Comunista Italiano, que no lo enviaran a Moscú lo dejaran más bien languidecer en la cárcel, donde reescribió el marxismo y la dialéctica agotadas, por los horrores de Lenin y Stalin, sobre todo, en nombre de la revolución y la clase obrera. La Teoría de la Hegemonía y la versión cultural, de la dominación interna del Estado mismo, a través de estrategias del control de las burocracias públicas, influyeron definitivamente, en los nuevos agentes revolucionarios y la manera como lentamente continuaron los ideales, del universalismo revolucionario y el paso imparable del viejo fantasma, el cual salía de Europa hacia el resto del mundo. China, Vietnam, Cambodia, Cuba y Angola, por citar algunos de los ejemplos evidentes y conocidos, aunque de ninguna manera los únicos.

Tal vez la transmutación dialéctica mas relevante, especialmente a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado, tal vez mejor dicho, sobre todo durante el periodo de la postguerra, es la presencia – para muchos inesperada y sorprendente – de la incorporación, de la dialéctica marxista ya transformada conceptualmente, incluso en muchos círculos europeos se habló de un Neo-marxismo, dentro de otros grupos del saber humano y de la investigación, en ciencias sociales y también en otros ámbitos del conocimiento, siendo el más notable, en la teología no solamente en la católica, sino inclusive en otros grupos cristianos reformados; sin embargo, es dentro de la teología católica donde la llamada “teología de la liberación” generó un mayor impacto, nombres hay varios y de gran relevancia, algunos religiosos y otros abandonaron sus ordenes, para trabajar con mayor “independencia”, separándose de la autoridad oficial – muchas veces cuestionada, por diversas razones -, con el fin de alcanzar ciertos ideales, inclusive aparentemente opuestos a la doctrina oficial y sus interpretaciones dominantes. Dos celebres y complejos pasajes de los evangelios, uno Lucas 12:51 donde se habla de división, Jesus vino a dividir aunque acá las lecturas y exégesis claramente luchan, por llegar a interpretaciones mas alejadas, de lecturas proclives a la confrontación y violencias y, sin embargo tal vez, el mas reconocido y estudiado, Mateo 10:34 – “…εἰρήνην ἀλλὰ μάχαιραν...”, si seguimos el texto griego – donde Jesús habla, de no haber venido a traer paz, sino división inclusive por la fuerza de la espada ( μάχαιρα), muchas exégesis hablan o intentan traducir o más aún, interpretar estos versículos y otros, de diversas formas, principalmente incluso fueron sustentáculos, para explicar y animar la rebelión, contra la injusticia, en nombre de los pobres y los desposeídos, la llamada “opción preferencial por los pobres” llevó al extremo de participar en la revolución armada y violenta, como vimos en el pasado siglo, en varios países de la América Latina. Más de un religioso se unió y combatió a la par de miembros de movimientos revolucionarios, que buscaron revertir ordenes establecidos, incluso cayeron en combates y otros sufrieron la persecución política, las sanciones de la Iglesia misma, se tornó icónico el regaño público de Juan Pablo II al poeta Ernesto Cardenal, en el aeropuerto de Managua, durante una visita de Estado a Nicaragua.

Seguir el camino de la transformación de la dialéctica, es complejo y a veces confuso, cuesta mucho asimilar, cómo se pudo dar, que pensadores de la importancia de Sartre o el caso de Claude Levy-Strauss, alrededor de quien no solamente giró la Antropología estructural y sus volúmenes, sobre los Mitos, abiertamente sostuviera ser marxista, si bien es cierto que el estructuralismo, en parte se construye a partir de pares y relaciones de oposiciones, es difícil ver una clara huella de algún tipo de dialéctica Neo-marxista, la misma idea del “absoluto lógico”, poco pareciera deberle a una dialéctica concebida como lucha de clases, si bien es cierto, que el activismo político practicado, por varios intelectuales tiene y carga, ribetes revolucionarios, como puede ser el caso de Noam Chomsky, cuesta también y mucho, navegar a través de los diagramas arbóreos, la discusión sobre los protolenguajes y poder establecer la presencia, de un pensamiento materialista-dialéctico.  Freud mismo edifica la base del psicoanálisis, en la oposición, entre el principio del placer y el principio de la realidad, Eros y Thanatos, el amor y la muerte, esa distinción, clave para la metapsicología e incluso la psicoterapia, no está propuesta, como oposición entre dos impulsos o pulsiones si se prefiere, ambas tienen una presencia simultánea y nunca vio Freud una conciliación – síntesis, según la vulgarización del pensamiento dialéctico, popularizado durante el pasado siglo – como la hubiese planteado Hegel, la noción clásica de la aufhebung hegeliana, mejor pensándola como una superación, la cual incluiría dos momentos generado uno nuevo, distinto y de mayor complejidad. Ambos principios no se funden uno con el otro, siguen latentes siempre, menos aún se produciría una anulación, de ambos, generando una nueva forma, el conflicto está presente siempre y pareciera ser irreductible e irresoluble. La persona humana es en ese conflicto.

Oposiciones, contradicciones y enfrentamientos, es el título de este post, el cual muy bien podría ser unas notas, para un viaje por los orígenes y transformaciones, de la dialéctica y del pensamiento dialéctico a lo largo de ese complejísimo desenvolvimiento, de los distintos momentos, por los que se ha ido transmutando, para emplear un lenguaje Neo-hegeliano. Los momentos son sumamente curiosos, primero ese surgimiento, en la cuna del pensamiento griego y romano, incluso dentro del helenismo, donde la filosofía griega ocupa un eje central y constantemente interactuando, con las religiones y filosofías dominantes y nacientes, dentro del medio oriente, cómo se le llama hoy día o mejor aun, el cercano oriente, al decir de los españoles, cuya cultura está en el cruce originario, del pensamiento clásico, siendo inclusive, parte de esos orígenes y momentos iniciales del pensamiento dialéctico clásico. Ese desarrollo de los distintos momentos es un tema, que debería ser tratado extensamente y totalmente desborda los limites restringidos, de este post. Tanto ese lenguaje, de oposiciones-contradicciones-enfrentamientos, constituyó una narrativa político-cultural – saltamos al momento actual de ese desarrollo del pensamiento dialéctico -, dentro del mundo actual, que ha pasado por dos grades revoluciones, la tecnológica principalmente, y, la de la información, más sutil y menos evidente, aunque con una penetración conceptual y de contenidos sumamente transmutados. Siguiendo, con ese lenguaje Neo-hegeliano, el advenimiento de cada momento trae consigo una nueva realidad, que tal vez es forzada o implantada, por la evolución de la historia, si existe algo así y querríamos ver la historia no sólo como rex extensa, sino como rex gestae, más cercana al hegelianismo. La revolución de la información gestó un momento, en ese devenir momentual de un proceso extrañamente emergente, de una idea central para el pensamiento liberal clásico, la libertad de información y de opinión, sustento de los auténticos mundos republicanos, sometidos hoy en día a un acoso implacable, por parte de los frentes activos de los residuos, del viejo marxismo revolucionario, para unos ingenuamente sepultado, bajo los ladrillos del muro de Berlin y, para otros, transmutado, en todas esas nuevas formas de dialécticas, que bajo diversas mascaras y coberturas, embozadas, actúan vigorosamente, para imponer una dominación completa, donde el viejo fantasma aquel, que caminaba por Europa, sin necesidad alguna, de ocultarse, en una clandestinidad siniestra y emerger rampantemente, sin ninguna limitación. De tal cuenta si existiera algo hoy día, identificable como un nuevo momento, del advenir dialéctico, es la imposición de las narrativas del odio y los discursos del desprecio, con los que las llamadas redes sociales, nos han acosado y casi arrinconado, bajo amenazas de una serie de castigos, desde ser cancelados, señalados como insensibles y hasta, de inhumanos al no solidarse o adherirse a las tendencias impulsadas, desde el mundo “progresista” – una forma de redenominar al viejo marxismo revolucionario, necesitado de nuevos ropajes, actuales y más atractivos, debe ser estimulante, para esa ingenua juventud, en la que han predado siempre estas figuras de “revolucionarios”, “freedom fighters” – y otros movimiento sociopolíticos, cargados de estas viejas y reinventadas ideas, como nuevas, tal vez solamente quirúrgica o cosméticamente rejuvenecidas, formas de ataque y agresión. Fácil, muy fácil, resulta ver cómo este actual estado de cosas, invade todos los niveles de la vida humana, desde los ámbitos íntimos y personales, hasta los dominios sociales y políticos, casi resulta inviable substraerse a esa embestida y de allí nuestro estado de hundimiento, dentro de oposiciones, confrontaciones y enfrentamientos.

LECCION INAUGURAL UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ II JORNADAS DE LINGÜISTICA.

                                        

                    Filosofía del lenguaje, semiótica y hermenéutica.

Roberto Palomo-Silva

Permítaseme inicialmente expresar mi mayor agradecimiento a la Universidad Mariano Gálvez y sus autoridades, en particular a su Escuela de Lingüística, adscrita a la Facultad de Humanidades, a su Director el Doctor Julio Alfredo Díaz Caballeros y a la Doctora Silvia Regina Osorio España, por extenderme una invitación, para impartir la Lección Inaugural, de las II Jornadas de Lingüística.  Se trata de un honor y privilegio especial, poder participar, en un evento de trascendental importancia, me siento profundamente honrado y profundamente conmovido, por la invitación extendida. 

Existe un antiquísimo camino, que empieza por la interpretación del significado, de los textos sagrados.  Las reglas hermenéuticas están con nosotros desde hace milenios, no son nada recientes, el esfuerzo y lucha, por llegar al significado, de los diversos lenguajes, que hemos hablado, en ocasiones dejamos de hablarlos, en otras los hemos recuperado y mantenido, aunque no tengamos certeza, sobre la pronunciación correcta y asumimos riesgos e interpretaciones muchas veces audaces o analógicas; sin embargo, las historias de éxitos, en el desciframiento y descubrimiento, de los secretos guardados, por textos o lenguas habladas, son muchos y notoriamente maravillosos.  Me impresiona sumamente la reconstrucción y lectura, que lingüistas y filólogos, de muchas nacionalidades,  le han dado al Codex Dresdensis y a sus calendarios, son más de 52 los recogidos en el texto,  nombres de sus deidades y muchos elementos más, de esa complejísima manera de relatar su historia, de escribirla y codificarla. El enigma de las llamadas “diosas de la luna”, según la terminología Thompson-Seler, que se refería también a las primeras treinta y dos páginas, del Códice.  En el mundo de las lenguas mayas hay muchísimas y magnificas, colecciones de antiguos códices, que han sido descifrados-interpretados. Todos estos esfuerzos son relativamente recientes, nuestra cultura e incluso civilización, está construida, en la lectura de textos tan antiguos o incluso tal vez más antiguos, que los generados, por las grandes civilizaciones mesoamericanas, muchos de los cuales sobrevivieron, asombrosamente,  la persecución y el fuego, en Guatemala somos afortunados al contar, con unos maravillosos textos, que relatan y conservan una historia fundamental y, sobre la cual, estamos asentados. Necesitamos considerar, desde muchas dimensiones y horizontes, el encuentro de Francisco Ximénez, con los textos sagrados, sea como narración y su posterior redacción o traslado a una escritura nueva y totalmente diferente.  Ximénez no es el único, quien a lo largo de lo que en aquellos años, se llamaba la “América Hispana” tuvo esa experiencia original, por medio de la cual un hombre educado y en nombre no solamente, de una confesión, sino tal vez más relevante aún, portador, de una cultura y una civilización, articulada, en una lengua, que nunca fue de uso popular o de acceso de las masas, el latín de la cultura europea, basado, en esa larguísima y muy antigua tradición e historia, Ximénez al igual, que religiosos, canónigos, dominicos, franciscanos o de otras ordenes, más tarde jesuitas, cuyas notables contribuciones han generado elementos bases, para construir una identidad, incipiente aunque muy real.  Conocemos mucho de esa historia, no vamos a caminar ese camino, pongamos nuestra mirada y atención, en ese encuentro, de dos grandes horizontes y tradiciones, expresados por lenguas totalmente distintas, en su grafía, morfo-sintaxis y demás.  Separados incluso por el primado de una oralidad, que conserva y mantiene una pureza originaria y no contaminada. Imaginarse ese trabajo diario, duro, metódico y disciplinado, de comprender, primero, una lengua diferente, sin referencia alguna, sin otros códigos auxiliares, más que aquellos, con los cuales había sido educado y eran sus instrumentos inmediatos, para iniciar una transformación, lenta y pausada, de un contacto – tal vez uno de los primeros o en los Reinos mesoamericanos, al menos uno de los primeros – allí se gesta ese momento único y originario, originador, de los dos mundos, que se enfrentan y se encuentran.  Ximénez acerca, invita al otro y a sí mismo a mirarse, desafiándolos a los dos a entenderse, en el acercamiento, el camino irreversible de las lenguas caminando una al lado de la otra.

Las otras cuestiones, las del antagonismo o de la misión evangelizadora, adecuación, de un texto, sea por analogías o vías interpretativas, es un debate o, mejor dicho, una controversia y sumamente relevante, por cierto; sin embargo, no es objeto de nuestra ocupación acá, más bien interesa seguir el trabajo filológico y principalmente retorico, en el sentido de la retórica clásica, fundada en el mundo latino.  Ximénez nos dejó una Gramática de la Lengua Quiché e intento hacerlo de las otra lenguas, con las cuales estableció similitudes, a pesar de tratarla no como lenguas, propiamente, recurrió al termino de “dialecto”, de uso muy común en Europa, incluso ahora, en el mundo de las lenguas germanas, hoy día se emplea el termino, para referirse a las antiguas formas del antiguo alemán y en otros casos, hay que decir que ni el Zutuhil y menos aún el Cachiquel son dialectos e incluso resulta sumamente inapropiado ese giro lingüístico, para referirse a ellos. No viene a cuenta acá hacer un análisis de la Gramática de Ximénez mas bien resaltar lo relevante de ese trabajo hoy día semi olvidado o relegado a los estudios históricos y académicos. Sus veintitrés capítulos tratan de la pronunciación, alfabeto a todas las formas conocidas, en esa época y van desde los géneros y diminutivo, capítulo I hasta el XXII identificado bajo el acápite muy curioso, por cierto, “Otras cuentas ó modos de contar”, conservando la ortografía original, pasando por verbos, adverbios, tiempos verbales, preposiciones y una larga lista, de manejo y conocimiento amplio de los especialistas, en Gramática.  Es fácil apreciar el mundo cultural, desde cuyo horizonte interpreta la novedosa y extraordinaria tradición cultural a la cual había llegado, nunca fue gran novedad y sorpresa, que hubiese un intento, en la traducción practicada, del Libro del Consejo, fuera más una interpretación o incluso hasta un acomodo teológico, para leer ciertos relatos, parangonándolas, con los textos bíblicos y el esfuerzo teológico de la universalización o de la búsqueda de sustratos comunes de las religiones, aunque no fueran en realidad similares.  Ximénez genero eso sí, una larga tradición, que nos lleva a las recientes tradiciones, de esos maravillosos textos, desde otra perspectiva y metodologías.  El encuentro se inicia – pudiera con cierta contundencia afirmarse, contaminado por ciertas visiones teológica, tal vez – y la historia de ese encuentro  comienza a gestarse.  Y vale decir o más bien reafirmar, que no fue el único y tal vez no el primero, de estos encuentros de los mundos, que intentaban subsumirse y emerger creando un mundo nuevo.  Son abundantes estas referencias a lo largo de la “américa hispana”, como se le llamó en aquellos momentos. Desde el Virreinato de México o de la Nueva España,  al del Río de la Plata, pasando por las Capitanías Generales, los esfuerzos por buscar medios, que facilitaran procesos de conversión, nos han dejado una enorme literatura, que en algunas partes se refiere como Crónicas y otras maneras de narrar esa historia, del encuentro de las lenguas americanas, con el mundo del Latín y del Español, en la mayoría de los casos usados ostensiblemente.  No olvidemos, que los servicios religiosos, Misas, eran impartidos en Latín, hasta bien entrado, el Siglo XX.

La interpretación y lectura, de textos sagrados es muy antigua.  Incluso el termino hermenéutica, tiene sus raíces griegas ampliamente estudiadas, la conocida vinculación, con el Dios-Mensajero, Hermes, está profundamente documentada y comentada extensamente.  Leer textos sagrados antiguos es siempre un acto de interpretación, el antiguo hebreo, el arameo talmúdico, el latín y sus variantes o formas, transcripciones, de una lengua a otra, nombres modificados, y, algo sumamente particular, el desconocimiento de la verdadera forma de pronunciar dichas lenguas.  Casi todas conservadas, desde una oralidad muy extensa, pensemos en el caso de las Baraitas talmúdicas, transmitidas y conservadas, desde una tradición hablada, donde los relatos están anclados, en pronunciaciones perdidas, baste recordar, que las llamadas pronunciaciones erásmicas, del griego antiguo y del latín, modificaron profundamente la manera cómo decimos esas lenguas, aunque modernos estudios lingüísticos y fonéticos, han contribuido a unificar criterios encontrados y dispersos.  Sirva recordar, que la propuesta erasmiana, es apenas de unos cuantos siglos atrás y se trata de lenguas mucho más antiguas y de una muy compleja transformación.  Y en el mundo de las lenguas semíticas la consolidación de un habla es aún mucho más reciente, aunque algunas de ellas se han continuado hablando, como el arameo o el copto, el caso del hebreo no es sino hasta la fundación del moderno Estado de Israel, que se ha podido establecer y consolidado una dicción y reglas estables. Desde los grandes Sabios del Talmud y la Mishna a Eliezer Ben-Yehuda, nacido Eliezer Yitzchak Perelmann, su nombre lituano, transcurrieron siglos, hasta que la maravillosa y mágica lengua, por siglos vinculada a la Divinidad y a las practicas religiosas, exclusiva del estudio de los grandes textos sagrados, la lengua en la que HaShem le hablara a Moisés,  en el Monte Sinaí, en el momento en que la Torah fuera entregada y revelada.  Y sírvanos esta corta rememoración, para a guisa de ejemplo, encontramos, con las transformaciones de significados, dificultades enormes, para leer e interpretar, textos sagrados y antiquísimos en general.  

Vamos a recurrir a dos ejemplos muy estudiados a todos los niveles, sin embargo, resultan siempre fascinantes, por su vinculación esencial, con el tema del lenguaje y de las reglas de interpretación.  Desde eventuales lecturas semióticas, inclusive, cuyos horizontes contribuyen a una mucho más profunda comprensión de su significado.  En el Libro de los Nombres, Éxodo, encontramos el célebre verso 33:11 cuya versión original dice siguiendo la versión hebrea masorética, con el fin de ilustrar lo que intentaremos comentar, “ יא  וְדִבֶּריְהוָה אֶל ” si seguimos algunas de las principales traducciones, veamos primero la versión de la Septuaginta, en Griego antiguo, la conversación “cara a cara”, “entre amigos”, pareciera ser comúnmente aceptada, la cuestión se complica cuando el Tetragrámaton o sea YHWH, es vertido como Kurios (καὶ ἐλάλησεν κύριος πρὸς Μωυσῆν), cuyo significado comúnmente aceptado es el de “Maestro” o “Señor” y de esta forma la experiencia del nombre de Dios, empieza a sufrir una incontable serie de transformaciones.  Estamos en una idea inicial, de amigos que hablan cara a cara, la relación única y completamente irrepetible, entre Moisés y HaShem, el misterio del encuentro y dialogo, originario de recepción de la Torah, en el Monte Sinaí. La Vulgata nos da una interesante versión, de la traducción del sentido, del verso original, “loquebatur autem Dominus ad Mosen facie ad faciem…”, varias cosas a ver acá inmediatamente, YHWH paso a ser Kurios y ahora Domine aunque el espíritu general del verso se mantiene, la conversación, del Señor, cara a cara, con Moisés a quien lo trata, en el texto, como amigo al emplear esa palabra claramente, los términos, tanto en griego como en latín, adelphi y amicum suum, logran conservar ese sentido originario, de la idea de la familiaridad y la vinculación especial y única, que se mantiene claramente, en el texto originario. Si vamos a versiones más recientes, por ejemplo la reciente versión Reina Valera (1960),  que emplea un lenguaje más directo y coloquial, cuya difusión es francamente, enorme, dentro de los hispano-hablantes, particularmente, entre los cristiano-evangélicos, tenemos un texto no tan apartado del sentido aunque probablemente, toda la parte gramatical tiene algunas inconveniencias, en los aspectos morfo-sintácticos, pareciera sí logra conservar el significado de lo allí narrado, “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero.”.  Curiosamente las versiones conservan el giro lingüístico, hablar cara a cara, aunque en este caso la expresión “como habla cualquiera a su compañero”, no es demasiado feliz, porque pierde el contenido semántico, de la condición única de esa vinculación, casi pareciera trivializarla, la naturaleza de esa conversación, es tan especial, que solamente se podía producir, con alguien extraordinario, escogido, específicamente, para recibir la Torah. Moisés. La idea de la coloquialidad, de la conversación, entre amigos, se encuentra incluso recogida, en las grandes traducciones de la Reforma, la Biblia de Lutero y la del Rey Jaime, para citar tal vez las más importantes, sin restar ningún valor o mucho menos mérito, a otras versiones.  En la del Rey Jaime, se lee en inglés, “as a man speaketh unto his friend” y en la versión en el Alto Alemán, de Lutero, se puede leer, con suma claridad, “… wie ein Mann mit seinem Freunde redet.”.  En ambas lenguas, la noción de la familiaridad y del carácter coloquial de la conversación, esta inequívocamente plasmada y recogida. Como si un hombre hablara con su amigo.  La transformación del significado es más que evidente y el tránsito o migración del sentido original, como mínimo se difumina e incluso pareciera perderse. 

Tomemos un ejemplo de índole muy diferente, puesto que el vínculo entre el Creador y Moisés, cuya naturaleza es no solamente única, al debilitarse el significado, que el texto hebreo original – y esto al margen de todas las cuestiones teológicas, sobre el sentido mismo, de la recepción de la Torah y todas las implicaciones derivadas – ha sufrido unas modificaciones francamente severas y su sentido originario ha sido profundamente difuminado, casi podría decirse diluido; sin embargo, veamos otro caso, donde nuevamente la hermenéutica filológica puede ayudar a esclarecer el significado originario, dentro de otro texto, vale decir acá, que no estamos cuestionando los métodos, de exegesis bíblica, buscamos establecer únicamente, cómo la lectura de textos sagradas, bien puede usar estas metodologías analítico-hermenéuticas, para una mejor comprensión de los sentido originarios, de lo expresado, en dichos textos.  Tampoco quiero introducir, temas numerológicos, relaciones entre letras y números, gematría, misticismo o inclusive, Kabbalah, lo cual desborda nuestros límites de estudio, aunque todo ello debe considerarse y ponderarse, en todo momento, dada su enorme importancia histórico-exegética. Vamos a introducir otro verso y la transformación, de su significado a lo largo de las diversas traducciones construidas, a partir del texto original, por su título mismo y en el mismo precisamente, vemos la transformación desplegándose.  Kohelet o Qoheleth  1:15 en la Biblia hebrea (Tanakh), Eclesiastés (ἐκκλησιαστής),  si seguimos la tradición iniciada a partir de la Septuaginta. El caso muy particular acotado, en referencia no solamente al nombre del Libro, es sumamente conocida la historia, que relata una supuesta vinculación, con Salomón, como autor del Eclesiastés o el uso que él mismo empleara, de la palabra hebrea, Kohelet o Qoheleth, cuya multiplicidad semántica es analógica y metafóricamente fascinante, tanto como Predicador, así también, el Convocador de Asambleas o coleccionista de historias, aunque en realidad el nombre hebreo del libro sencillamente dice, “Las palabras de Qoheleth, hijo de David, Rey en Jerusalén.”. En el célebre verso 1:15 se lee una citadísima proposición, que bien nos puede ilustrar de otra manera, las mutaciones de significación, que las traducciones han producido, al interpretar-traducir lenguajes, cuyas gramáticas no son coincidentes, el caso evidente de las lenguas semíticas a las neolatinas y en este caso, del latín mismo, empecemos por la Vulgata, que nos da una versión, no solamente extendidísima – el superlativo cabe muy apropiadamente acá -, sino repetida durante siglos.  “Perversi – dice el verso 1:15 – difficile corriguntur, et sultorum infinitus est números.”.  La Septuaginta, cuya base es la empleada en la Vulgata, ofrece la siguiente versión, citando el texto original: “διεστραμμένον οὐ δυνήσεται τοῦἐπικοσμηθῆναι καὶ ὑστέρημα οὐ δυνήσεται τοῦἀριθμηθῆναι”. Si las palabras claves, verbos rectores inclusive, los significados, en lo que cabe reconstruir las experiencias de los lenguajes, nos apuntan a sentido confusos y poco vinculados, la muy respetada versión de Reina Valera (1960) nos da una idea de los significados originales, al verterlos de una forma bastante prudente, “…lo incompleto no puede contarse.”.  Desde la tradición iniciada por la traducción de la Biblia de Saint James, las palabras claves, counted or numberd que en Español y sus distintas versiones se mantienen similarmente, contadas o numeradas, que en esencia mantienen el espíritu del significado latino, numerus, es decir alude a la imposibilidad de contarlas o “numerarlas” recurriendo a una adulteración poética o analógica del vocablo latino.  Sin embargo, la voz griega de la Septuaginta es ἀριθμηθῆναι, que, en realidad, si seguimos la experiencia originaria del Griego antiguo, significaría, medir, las raíces griegas nos dan una serie de palabras latinas y neolatinas derivadas, de la voz griega. Arithmethai – es relevante aludir a la partícula negativa, formulada por una Alpha, que vuelve el sentido negativo, o sea, inmedible o si se prefiere, innúmero o incontable – o sea, aritmética y sus derivaciones. Lo que se puede medir se convierte en lo que se puede contar.  Medir y contar. Count and number.  Aquello lo cual falta, carece, sea por estar torcido originalmente, desviado, resulta innumerable, incontable o inmedible.  Estamos pues en el centro de un fascinante debate, por los significados de las palabras, ejercicios semióticos y filológicos fundamentales, para arribar a la plena comprensión interpretativas, de los textos sagrados y su significado profundo y oculto.  Tarea de arqueología filológica y hermenéutica.  Ejercicios exegético-analíticos, de una importancia preponderante.  Cerrando nuestro viaje de retorno, que anticipamos nos deparara una sorpresa nuevamente, podemos apreciar rápidamente, que aun en la traducción, de Lutero, se nota fácilmente, que la vinculación, contar o numerar, aquello lo cual esté torcido irremediablemente, se mantiene, así vemos que:  “Krumm kann nicht schlicht werden noch, was fehlt, gezählt werden (1:15).  Aunque el vocablo alemán, krumm, contiene una multiplicidad semántica muy importante, conserva el sentido de aquello lo cual es torcido, coloquialmente alude a lo que se torció o se desvió, con el tiempo, incluso alude a los picos torcidos, de algunas aves de rapiña. Todo aquello que es o se tornó torcido o desviado, resulta imposible enderezarlo y además es inútil contarlo. Así tenemos que lo perverso es irremediablemente difícil de contarlo y a su vez, irremediablemente irreparable.  La perversidad es innumerable. Ahora bien, cerremos este círculo al volver a la versión a original u originadora, en este interesante y fascinante caso. Recurramos a una traducción directa del texo, en la que diría, aproximadamente, “Una cosa torcida que no puede enderezarse, no puede remediarse o mejorarse.”, “ מְעֻוָּ֖ת לֹא־יוּכַ֣ל לִתְקֹ֑ןוְחֶסְר֖וֹן לֹא־יוּכַ֥ל לְהִמָּנֽוֹת׃ ”. El Gran Comentarista Rashi (c. 1075-1105), quizás el más autorizado, entre los comentaristas del Talmud y Tanakah, nos dice, que lo torcido no se puede enderezar y es irremediablemente innumerable. Pareciera evidentemente claro, que las transmutaciones de significado, generadas, por las diversas traducciones e intentos exegético-interpretativos, nos aproximan a la comprensión, de lo auténticamente contenido, en los textos sagrados originales.  Los pasos hermenéutico-filológicos aportan a la semiótica bíblica de forma sumamente importante, claro está estas breves acotaciones sirven, principalmente, para acercarse a su lectura, con un cuerpo metodológico y unos instrumentos analíticos, capaces, de llevarnos a través del recorrido, del descubrimiento, de esas experiencias originales, de unas lenguas, que nos acompañan, casi invisiblemente, aunque nos hablan desde ese profundo silencio, de aquello lo cual es lo más fundamental. La lectura interpretativa, nos acerca a la fuente del significado, nos revela, en esa tarea arqueológica, del desenterramiento, el mensaje contenido y conservado y que le habla al que busca escucharla. 

Aunque nos desborda totalmente, el tema de una exposición y análisis detallado, de los instrumentos metodológicos y analíticos, empleados, para practicar estudios e interpretaciones, de textos bíblicos, antiguos o reconstrucciones, de manuscritos y tanto exegesis como hermenéuticas filológicas, es importante anotar, que tanto en el nivel semiótico como el semántico, no operamos bajo criterios arbitrarios o meras lecturas poéticas.  Desde los tiempos del Talmud, al interpretar la Ley Bíblica o Mosaica si se prefiere recurrir a tal expresión,  podemos hablar con certeza, de la existencia identificada, de principios y reglas hermenéuticas.  Baste mencionar, aunque sea solamente de pasada, que fueron sistematizadas y aplicadas rigurosamente, por ejemplo, las llamadas 7 reglas de Hillel, contenidas en la Sifra tal y como las 13 reglas de R. Ishmael y posteriormente, aunque recogidas en otra Baraita y elaboradas posteriormente, principalmente para fines de interpretaciones narrativas a manera de relatos no normativos, sino más bien tradicionales y tendientes a la conservación y mantenimiento de grandes tradiciones comunes, hagadá,  y no con el propósito de generar o deducir normas y preceptos, ley rabínica, de observancia obligada, halajá; han sido subsumidas en un gran conjunto de reglas, que incluso y tal vez un tanto forzadamente, llegan a constituirse en 613 para hacerlas coincidir con los 613 mandatos de la Ley Oral. El extenso camino que llevó a una enorme desarrollo y ampliación, de esas reglas es conocido y no lo vamos a reconstruir, en este momento, es importante tenerlo presente, puesto, que ese espíritu hermenéutico, que surge y se genera, dentro de la gran tradición talmúdica, nos ha dejado un legado enorme – eso que en el judaísmo se conoce como “la sabiduría rabínica” – y para uso general, universal, no como practica exclusiva y no incluyente.  El Talmud sea dicho, contiene y construye una sabiduría y unas leyes, a partir de una lógica tanto formal como una axiología humana, que regulan la manera de debatir, argumentar y construir interpretaciones, nos interesa traer a cuenta, que las distintas exposiciones expresadas, como lecturas o interpretaciones opuestas, no se rigen por un principio dialectico de superación, para concluir en una sola forma definitiva de interpretación, el viejo termino hegeliano aufhegoben, cuyo verbo rector, aufheben, tiene y conserva el sentido dual, de superación y supresión, cancelación, en tanto conservación y a su vez cambio, por eso se le ha vertido y popularizado, en la idea de la supresión de los contrarios, formando una nueva transformada realidad. En el Talmud más bien, sucede algo opuesto, los argumentos contrarios no son nunca totalmente desestimados, mantienen cierta vigencia y presencia a lo largo de las argumentación y rara vez enfrentamos exclusiones agresivas y descalificadoras. Curioso recorrido, sobre todo si pensamos, en la historia nunca contada, sobre los orígenes de la dialéctica, existirá algo como una inspiración talmúdica, que nunca se ha explorado o tal vez muy poco, en el origen mismo del pensamiento dialectico.  Sería una extraordinaria paradoja, que bien vale la pena estudiar. 

En su muy conocida obra y estudio sobre la ira, Peter Sloterdijk, nos habla de la primera palabra europea, al inicio de la tradición europea, afirma inicialmente, la ira fue dicha, hay un par de proposiciones o frases, a las cuales es imprescindible referirse, en este contexto, en el cual la lingüística, esta al centro de nuestras preocupaciones y ocupaciones. Recurriendo claro está, a Homero, se refiere a la primera rapsodia o canto, donde el asunto – para revivir el vocablo empleado en las antiguas tradiciones retoricas, sobre el clasismo literario griego – del poema, epopeya, queda inequívocamente definido, la Ilíada no versa sobre la guerra de troya, sino como bien se sabe, sobre la ira de Aquiles y así lo dice, en la primera rapsodia.  Citando a Sloterdijk, el termino o mejor dicho, substantivo, no puede sino ser declinado en acusativo, no olvidemos que en Alemán las declinaciones, cuatro casos, conforman la estructura gramatical de ese extraordinario idioma.  Acusativo supone una acción directa, “Wie es sich für ein wohlgeformtes Satz-objket gehört, steht dieses Nomen im Akkusativ.“ (Zeit und Zorn, página 9).  Y mas adelante aparece la afirmación, sobre la ira, como la primera palabra europea, “…Um das erste Wort Europas zum Klingen zu bringen, …” (Loc. Cit.).  Hacer sonar la primera palabra europea, la ira.  Hay un largo camino de la ira a la doctrina o teoría thymótica y más aún, a la revolución thymótica del comunismo. No corresponde recorrer ese camino, por el momento, queremos más bien, retomar la idea de la primera palabra europea y a partir de ella, hacernos la pregunta, sobre cuál sería la primera palabra, que se hablara, en la tradición mesoamericana, para definir unos límites más modestos, no emplear antiguas expresiones, como la América Hispana u otras más complejas, como América Latina, las cuales tienen, entre nosotros mismos diversas acepciones. La enorme dificultad, que al formular esta pregunta genera, es que de una forma u otra, desagrado o agrado, convicción o rechazo, tenemos claramente una descendencia europea, aunque no podamos ponernos de acuerdo, alrededor de la occidentalización del Continente, claro los canadienses y estadounidenses, no tienen grandes dificultades, con su realidad europea, si lo tienen, con las consecuencias de los actos cometidos, durante los periodos coloniales y de dominación imperial británica o francesa, aunque ésta ultima tiene unas características bastante diferentes; sin embargo, hay algo, aunque no exento de controversia y discusión también, hablamos y escribimos lenguas europeas. Lo cual, dicho de manera no libre de polémica, nos ataría a la ira. Hablamos el lenguaje de la ira, de esa antigua y ancestral ira europea.  Aquiles y los conquistadores. Hemos vivido con la ira tal vez, varios siglos.  No la hemos logrado domesticar.  La bestia y el soberano han continuado una interminable confrontación interior y notoriamente pública.  El soberano mutado en lobo no se ha domesticado del todo.  La anarquía rampante y la violencia inagotable son contundentes muestras del conflicto originario desencadenado por la ira.  Es claro hoy día también, aunque sea sujeto de complejos debates, que la ira europea enfrentó otra forma de ira, una ritual y antiquísima.  Resultaría real, aunque tal vez sumamente exagerado o profundamente incorrecto, asumir que la ira enfrento la ira, en el encuentro de dos mundos, cómo se optó para referirse al otrora llamado, incorrectamente debe reiterarse, “descubrimiento”.  No se trata de glorificar o idealizar creando narrativas románticas.  La pregunta, aunque dura, es tal vez necesaria, sería la misma forma de ira, la que portaban los europeos y sería esa misma ira, la que ya existía, en el mundo americano. Es entonces la condición humana prevalente o esencialmente aquella, que subyace a todas las formas socio-culturales, de identidades y culturas hoy llamadas “ancestrales”.  Un fenómeno, que se ha hecho evidente, a partir de las decodificaciones, de ciertos Códices o Libros, que han permanecido indescifrables, pienso particularmente, en algunos Códices, que nos han revelado “panteones divinos y humanos”, nombres de reyes y de dioses. Hay una afirmación, que puede hacerse, con suma prudencia, aunque tal vez pueda aproximarse a la develación, de un misterio. Pareciera, que si algunos de estos magníficos documentos, son formas de contar, literalmente, el tiempo y la historia; en el momento, en que ésta ya no es más contada, registrada, la historia termina y, tal vez, cabe la duda, si fue por alguna razón otra, la aniquilación, sea por catástrofes desconocidas o por guerras internas de destrucción y de conquista. Deviene pues el riesgo de identificar ira, en ambos portadores de estandartes y banderas, imágenes de dioses, que promuevan, en los dos mundos, una especie de ira, bien vale la pena adentrarse, en esa teoría, para poder buscar, con una base más solida, cuál sería la primera palabra pronunciada, en esta parte del encuentro o si, tal vez, no es muy diferente de esa ira europea, articulada como primera palabra, que desencadenó una historia muy larga y terrible, aunque llena de maravillosos actos de creación humanos.  Si pensamos, que en la división, de las partes de la llamada Misa de Réquiem, en la tradición católica-europea, aunque no exclusivamente, luego mantenida, en ese magnifico género musical, que conocemos simplemente como Réquiem, pues bien, una de las partes de la Misa de Réquiem o de las grandes composiciones musicales, que conservan ese mismo nombre, una de las partes más relevantes es el Dies Irae, en el latín eclesiástico, así llamado, que es la forma, que viajó a las Américas, adoptada incluso, en algunas denominaciones, dentro de las Iglesias de la Reforma, anglicanos a saber y otros, incorporado, en las Liturgias de Difuntos, “Dies irae, dies illa…”. 

La búsqueda de esa primera palabra, nos lleva de regreso a Ximénez, quien tanto hiciera, por acercar los dos mundos, en ese extraño encuentro, de lenguas, se ha documentado extensamente y no lo vamos a repetir acá, todos ustedes son grandes conocedores, de toda esta antiquísima tradición, a su vez de la historia alrededor de las diversas Gramáticas, que en el uso de las retóricas latinas, conservaba ese magnifico nombre de Ars grammatica, que naciera desde Donatus y muchos otros ilustres nombres, Diomedes y Alcuin, Victorinos y Honoratus, hasta llegar a Nebrija y el debate alrededor, del incomparable Diálogo de la Lengua de Juan de Valdés.  Ximénez provenía de esa tradición y por supuesto de la escolástica y del tomismo.  No resulta nada fuera de lo ordinario, que llamara Arte de las Tres Lenguas Cakchiquel, Quiche y Zutuhil, como se conserva, en la portada de manuscrito Ayer fechado en el 1515. Es casi imprescindible citar, que, en honor a Ximénez, expresamente usa el termino lenguas a diferencia, como lo dice la versión histórica, del Abate Brasseur de Bourbourg, donde la expresión empleada es dialectos, en su versión francesa “dialectes”.  Ximénez entendía perfectamente se trataba de lenguas propiamente y no de variaciones dialectales, lenguas plenas y totales.  Ximénez no solamente es parte de una tradición europea, strictu sensu, es parte de un importante grupo de autores, que trabajan en esa misma dirección, claro hay un componente notoriamente aculturante y de naturaleza evangelizadora, los propósitos finales, son la realización de catequismos y otros medios, para enseñar básicamente la doctrina y la religión.  No cabe duda alguna tampoco, que sus antecesores, sean de las Casas, Vico o Flores, mantenían visiones y concepciones teológicas idénticas.  La conversión de los pueblos americanos y educarlos – terrible palabra en su contexto histórico, es preciso resistir la tentación, del juicio histórico acelerado – dentro del catolicismo y el cristianismo romanos. Todos parecieron sucumbir a la admiración de estas maravillosas lenguas y la cultura imbuida, en el descubrimiento y conocimientos de las misma.  A lo largo y lo ancho de la América Hispana se pueden encontrar muchas expresiones de admiración y enorme sorpresa al descubrir-conocer las grandes civilizaciones americanas y, todo esto sucedía, en un mundo donde la Cruz y la Espada se imponían forjando, con sangre y sufrimiento un mundo nuevo, que emergía del choque de las iras humanas y divinas. 

Al intentar cerrar esta incursión, entre tiempos diferentes, los lineales y los circulares, sus maneras divergentes de contarlos, aunque la noción, de medición, pareciera acercarlos, la cuestión de la esfera y la circularidad definitivamente pareciera ponerlos, en el mismo plano, contar literalmente la historia, aunque sean sus eventos reales y cósmicos, los principales relatados, en la narración del tiempo, el occidente tal vez aristotélico, mide también el tiempo, bajo la idea del movimiento. Y al narrar-contar la palabra se instala, como vehículo-agente del relator-narrador, de un tiempo devenido, en historia. En el encuentro de los tiempos, tenemos, que los portadores de narraciones eventualmente tendrían, que pasar del asombro al encuentro, de la ira al descubrimiento de la palabra, del signo distinto y del símbolo indescifrable, para así iniciar la nueva cuenta, del mundo nuevo y de las palabras remozadas, transmutadas, en nuevos vínculos, entre las cosas y sus significados. Nacen los tiempos americanos, las voces americanas y los nuevos sueños anclados, en los viejos.  El único camino lleno de sentido, es el tránsito de la antiquísima ira a la conciliación y el encuentro.  Grave y profundo asunto, del cual nos falta tanto por decir y aún más por construir. 

Para concluir, quisiéramos cerrar, con una referencia a un tema muy controversial, la idea de proto-lenguajes o de una lengua, tronco común y de la cual se derivarían todas o ramas importantes, de lenguajes.  Esta es una idea, que la lingüística y filología actuales ha debatido extensamente y tiene muy poca aceptación.  Sin embargo, en el mundo medieval, existía una tendencia, la cual Ximénez y otros recogen en sus Crónicas y Gramáticas, Ximénez la menciona especialmente en el Arte de las Tres Lenguas y en otros escrito, el hebreo seria el tronco común de las lenguas latinas y su derivaciones, es muy frecuente el empleo de la noción, de contaminación e incluso, de grados mayores o menores de contaminación, otro término, que ha dejado de tener vigencia, porque el antiguo criterio de la pureza originaria de una lengua, no es sostenible y no es defendida por ningún pensador o teórico importante hoy en día;  las lenguas interactúan, entre sí, sufren y pasan, préstamos y en su condición de lenguas vivas, sufren modificaciones e incluso, emergen nuevos vocablos y otros caen en desuso.  Una mayor vinculación a la gramática hebrea, como criterio para establecer una pureza del lenguaje, es francamente sumamente difícil de sostener, más aún, las lenguas semitas, interactuaron claramente, con las formas del griego clásico hablado, en sus distintas variantes, en el Antiguo Reino de Israel, durante el periodo de la dominación helenística, el griego se convirtió en la lengua dominante – no olvidemos que el hebreo bíblico era reservado, para un uso especifico y sumamente puntual, era la lengua de comunicación, con la Divinidad, era la “lengua de Dios”, si se puede decir y no fue empleada de manera coloquial y de comunicación cotidiana – y las otras formas de arameo fueron empleadas, como los medios directos de comunicación, entre personas.  Los europeos cultos y educados, en este caso predominantemente los clérigos, miembros de las distintas órdenes religiosas, y,  algunos letrados o personajes directamente vinculados a las Cortes y la realeza español, en sus funciones, de administración y ejercicio del poder, en nombre del Soberano. Probablemente la idea rectora, de esta Lección Inaugural, el encuentro entre lenguajes y palabras, debería buscar una respuesta al establecimiento, de la primera palabra americana, gestada a partir del encuentro, de tiempos y lenguas, en otra dirección.  Tal vez, en realidad, no encontraremos – no quiero descartarlo del todo – esa palabra primigenia, como el caso de la ira europea, como Peter Sloderdyk lo sostiene, tal vez esa primera palabra, no es una sola voz, sino un colectivo de voces, expresados, en esos textos sagrados, los cuales Ximénez y otros descubrieron y trataron de comprender, por eso y aunque pueda ser un tanto riesgoso decirlo y tratar de argumentarlo, ese colectivo de voces, que formarían aquella primera palabra originaria, sean esos libros sagrados, sobre todo, en nuestro caso, uno que ya se ha convertido, en dominio de la nación guatemalteca, de todos los guatemaltecos, el Libro del Consejo o el Popol Vuh.

REFERENCIAS.

1.- Derrida, Jacques. Seminario, La bestia y el soberano. Ediciones Manantial, Buenos Aires 2010.

2. Gramática de la lengua Quiche. Grammaire de la Langue Quichée. Edición bilingüe, español-francés. L’Abbé Brasseur de Bourbourg. Paris, Arthus Bertrand 1862.

3. Sloterdijk, Peter. Zorn und Zeit. Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 2006.

4. Ximenes OP, Fray Francisco. Arte de las tres lenguas. Kaqchikel, K’Iche’ y Tz’Utujil.  Academia de geografía e historia de Guatemala.  Biblioteca Goathemala, volumen XXXI.  Guatemala C.A., 1993.

EL 20 DE AGOSTO: ENTRE EL SUEÑO Y LA POSIBILIDAD.

         

                                                Roberto Palomo-Silva

                           “Lupus est homo homininon homoquom qualis sit non novit.”

                                   Plauto: Asinaria, II, 4, 86, verso 495.

Nuevamente, como ritualizado o casi litúrgico, reiterado, repetido, con un cansancio profundo, duro y semi callado, balbuceante, intentando hablarlo o decirlo, lleno de narraciones falsas, de mentiras dichas y exageradas, esparcidas, con rostros y máscaras de verdades, cuando ésta francamente, se sumergió en el pozo, ante el escándalo, que la obscuridad de la mentira cubre a todo el país.  Pues bien, así y con la lentitud propia, del penitente, de aquel andar de Domingo – porque los Domingos, cual si fuera la practica u observancia, de algún tipo de culto religioso – hacia un centro de votación, para reiterar una ya muy antigua y añeja costumbre revestida de obligación y deber, otra vez, como un Domingo de compromiso, con una liturgia pseudo-religiosa.   Hay un elemento terapéutico, que trasciende el de la obligación y el deber, casi curativo, en la convocatoria a elegir gobiernos, la experiencia colectiva e individual, de una catarsis purificadora, que alienta y alimenta, la idea de las democracias republicanas – que anhelamos ser y no hemos sido capaces de verdaderamente serlo -, anclada en el sueño de la elección de las autoridades, que nos gobernarían, ilusión onírica, originalmente concebida como la concreción y articulación expresa, de la voluntad soberna – los textos constitucionales siempre y casi de forma unísona, hablan y cuentan la leyenda del poder del soberano, del pueblo y su voz expresada por medio del mandato del voto – expresada en el lenguaje de la otorgación de mandatos de representación.  Viene a mente la célebre metáfora de Derrida, del lobo, la fuerza, la justicia y el lobo.  El lobo y el soberano.  La interminable disputa, entre el derecho y la política, lo limitado y la bestia de lo ilimitado y es que la fuerza del lobo es insensible, cruel e impasible, que invade la razón animal y,  sobre todo, la razón política, y, es que no hay derecho sin fuerza y la invisibilidad de lo in-sensible, abstracto y concreto a la vez, obligatorio y compulsorio, lindando en el límite de lo humano y lo utópico. 

Guatemala esta sumergida, en un antiguo problema de odio no superado.  Hay momentos históricos identificables, donde el odio se transformó en lobo y, por ende, en bestia, son varios, con algunas interrupciones, creando o deparando momentos, en los que la utopía y el sueño establecieron algún oasis momentáneo, aliviador.  El odio y la negación han campeado a lo largo de nuestra historia, tenemos una larga y nutrida galería, de muchos tipos de bestia y bestialidades, de lobos, de lupinidad siniestra y a veces, muchas, cínicamente abierta. La Galería de Monstruos del odio es nutrida y extensa.  No es reciente, se remonta incluso siglos atrás. Hemos caminado, entre el odio y la confrontación y penosamente lo seguimos haciendo.  La maravillosa formalidad de los Acuerdos de Paz, cuestionados duramente por un sector importante y bendecida, por otro sector no menos importante, nos demuestra inequívocamente, lo que faltó o sea aquello, lo cual no se llegó a hacer. No es este el lugar, para analizar “aquello lo cual falto”, si cabe decirlo y mencionarlo, no hubo reconciliación, tal vez ni siquiera se intentó, porque hubo y se antepuso, la inculpación, el señalamiento y el procesamiento, moral y público, aunque también judicial y político.  Se argumentó que sin memoria no podía haber una paz duradera y la memoria se muto en venganza, cometiéndose así un error incalculable y una falta de visión absoluta.  Se continuó “dialectizando” el proceso y se le desvió, de lo fundamental, no se construye, sobre la destrucción – ese es un anhelo revolucionario y con una profunda impronta ideológica – sino precisamente sobre la reconciliación.  No se hermanó y acercaron las disidencias, se les agudizo y confrontó.  En realidad, no se terminó el conflicto, se continuo por otros medios, por eso no hemos podido superar el odio.  Todo esto se hacer ver y emerge, al intentar observar la liturgia del voto.  Lo sagrado es ya profano.  No es ya más terapéutico porque no van a aceptar los resultados, los van a cuestionar y la confrontación se seguirá agudizando.  Espero equivocarme en esto, deseo hacerlo; porque lo que he seguido refleja clara y contundentemente, la prolongación del conflicto.  

Otro de los más graves problemas es el de la caída catastrófica, de la administración de justicia. El circo inconmensurable, creado alrededor de las practicas litigiosas y de las manipulaciones, en Cortes y Tribunales, no es reciente y tampoco es producto reciente, se ha ido lentamente construyendo este enorme caos y anarquía, que está lentamente agotando y destruyendo, toda la convivencia y capacidad, de la sociedad guatemalteca, de encontrar una forma de solución a los graves temas de inseguridad, corrupción y, sobre todo, se ha minado, de tal forma, que los conflictos han perdido el lugar, donde se resuelvan, no es posible acudir a los tribunales, sin entrar en el sub-mundo del litigio a la guatemalteca, plagado de anormalidades, manipulaciones, tergiversaciones, incumplimientos y violaciones.  La metáfora perfecta es ya el cinismo abierto, de ni siquiera intentar explicar porqué no se han electo las magistraturas correspondientes y seguimos a la merced de interpretaciones incluso anticonstitucionales y de unas hermenéuticas tropicales muy pintorescas.  La iconoclastia ha substituido al auténtico derecho. El lobo preda rampante, la fuerza injusta se impone arbitrariamente. Es así que, en medio de tales incertidumbres y temores, acudimos a la observancia de la liturgia constitucional del 20 de Agosto, sin mucha convicción y fe, con más temor y temblor, porque lo que pueda advenir y, sobre todo, por el terror a la futilidad del acto. Tenemos afortunadamente una Constitución, que ha coadyuvado a superar graves crisis, sus enormes virtudes han permitido una relativa convivencia pacífica, como gran pacto social, no me gusta mucho esa comúnmente empleada expresión, sirva acá, para describir; la visión del Constituyente, ha prevalecido, sobre la anarquía y el desorden, el abuso de poder – que se sigue andando rampantemente – y ha limitado los excesos, algunas de sus prohibiciones nos han salvado del abismo, el principio de la no-reelección es absolutamente fundamental, como son las normas pétreas, que prohíben de manera expresa ciertas modificaciones, de amplio conocimiento.  Imaginémonos un escenario con reelecciones de Presidentes, no puede ser más estremecedor.  El lobo transmutado en soberano, o sea la fuerza convertida en rector único.  La idea del lobo como devorador de hombres, o sea el líder del grupo domesticado, las posibles víctimas – no olvidemos que la posibilidad antecede a la realidad – esperando su inevitable inmolación, pues bien, Derrida nos recuerda el mito del dios Tyr, en la mitología nórdica, quien sacrifica su mano, al forjar un acuerdo con el misterioso lobo gigante, devorador de dioses y hombres, dando así surgimiento al pacto o acuerdo y emergiendo así como el dios jurista, el administrador del juramento, de la observancia de la justicia al código a la norma y al sometimiento del mismo soberano-lobo a un pacto común, de respeto y convivencia, sin el cual es imposible la sobrevivencia del individuo y del grupo. Lo más contundente acá, es que los grandes acuerdos significan renuncias, en favor de ideales y principios de convivencia armónica y concertada, eso nos ha faltado y en demasía.  Anteriormente citábamos la ausencia de una autentica reconciliación, o sea, en un lenguaje empleado por los jóvenes actuales, no supimos o no pudimos – incluso más aun, tal vez no se quiso, sencillamente – formular o crear una cultura del acercamiento y del encuentro, una cultura del respeto a lo diferente y aquí específicamente se habla, ellos así lo articulan, una convivencia y conocimientos de las ideas de los otros, leer a los otros, conversar con los otros.  Guatemala ha seguido presa en los dos extremos, ambos minorías, que buscan sostener y continuar un antiguo conflicto no superado, somos a diario sometidos a ese interminable aluvión de odio, mentiras y falsedades, historias transformadas y la misma historia ideologizada, somos incapaces, casi impenitentemente sometidos al horror de soportar a los mismos actores del teatro de mentiras, constantemente vendernos o intentarlo, sus versiones retorcidas y deformadas, de nuestra propia historia, como sino la conociéramos y no pudiéramos reconocer los filtros y las deformaciones.  Desde falsas fechas pseudo icónicas, periodos históricos idealizados y transformados en paraísos y utopías manifiestamente irreales, al fin de cuentas, las utopías son no-lugares, como la etimología griega lo contiene.  Y así, bajo esas condiciones imposibles e impensables, iniciamos el peregrinaje a la litúrgica fecha del 20 próximo cercano, en una semana, para tratar de invocar la terapia correcta y desesperadamente necesitada, a nuestra interminable patología, de cultura enferma, necesitada de una medicina eficaz, para superar este enmascaramiento – no olvidemos que el término ideología, tiene ese sentido pregnante, de mascara y disimulo – y ojalá pudiéramos decidir inteligente y objetivamente, no inspirados o animados por esas mentiras y falsedades, que nos invade y ocupan nuestra realidad más personal y privada, en un mundo donde la privacidad y la intimidad, están tan amenazadas. 

Hay una vieja idea dentro de la ontología fenomenológica y la hermenéutica, expresada en la noción, que la posibilidad antecede la realidad.  Antes de ser real tiene que ser posible.  Esa necesidad de lo posible, debe encontrar una concreción después del 20 de Agosto o a la manera española el 20A debería generar una nueva posibilidad.  Para que la posibilidad de la renovación y el verdadero cambio emerjan debemos superar ciertas cuestiones con valentía y coraje, decisión y convicción.  Debemos intentar hacer reformas posibles, a la cabeza el sistema de administración de justicia, sea por la vía de la legislación o de los cambios constitucionales, tenemos una constitución, que debemos conservar, cumplir y observar, conocer y estudiar; pero, requerimos impostergablemente de ciertas reformas.  Las patologías socio-culturales tienen que ser erradicas, la cultura de los pseudo amparos, tiene que limitarse, vivimos en un mundo jurídico donde “ámbito” es sinónimo de ilimitado, eso es un absurdo terminológico y semántico-estructural, ningún ámbito es absoluto e infinito, es todo lo contrario, el ámbito es espacio-temporalmente entendido, un lugar o un topos si se prefiere, constreñido a una dimensión limitada, este es uno de tantos ejemplos, que requieren un abordaje teórico sólido y serio, la cultura del pseudo amparo ha casi destruido una institución noble y esencial, para la vida de las personas y la protección y garantía de sus derechos, frente al abuso lupino y predatorio de una autoridad corrompida y ciega, que invade y ha casi destruido lo poco de garantismo constitucional, que nos va quedando.  El límite existe, pero no dentro de un ámbito, es el mismo limite, que la observancia y respeto de la constitución impone a unas autoridades, predadoras y abusivas, las cuales como arriba se mencionaba, entran eso sí, en el dominio del juramento, un juramente el cual no solamente vincula, más aún, exige demanda, el respeto y el cumplimiento de la constitución, que se jura defender.  El juramento no es una metáfora, es un acto concreto y público de sometimiento de la autoridad a la constitución y sus leyes.  Esto nos ha faltado, cumplir y observar, primero hagámoslo posible y la liturgia del próximo 20 de Agosto, no será meramente una aspiración fracasada, para que la posibilidad depare una nueva realidad tengamos en cuenta, que nos debemos reconciliar, debemos construir una cultura del encuentro y el respeto, hagamos que el estado de derecho, sea eso precisamente, hagamos real esa república constitucional de derecho, por la que tanto hemos luchado y seguimos esperando su realidad posible sea plena y concreta. Finalmente, tal vez lo más importante, es absolutamente imprescindible, superar la cultura del odio, bajo la cual hemos vivido por tantos años, las divisiones ideológicas y las trincheras, nos separan, de tal manera, que los abismos construidos hacen enormemente difícil y compleja, cualquier forma de reconciliación.  Hemos fracasado, en ese sentido, no vamos a hacer nada posible y real, sin pasar por esa reconciliación franca y abierta, sincera entre guatemaltecos, dejemos de mentirnos y tratar de engañarnos, no cambiemos la historia, en favor de intereses personales o de grupos, aprendamos a construir lo real, desde lo posible y el único camino, es el respeto y el conocimiento del otro.  No hay otros caminos, no sigamos perdidos irremediablemente, en esa maraña y confusión del odio.   

        IN MEMORIAM: THOMAS BURGENTHAL Z”L

“I will show you fear in a handful of dust.”  The burial of the dead, The Waste Land (1922), T.S. Elliot.

Roberto Palomo-Silva

Tuve el privilegio y gran honor de conocer y tratar al Juez Burgenthal, recientemente fallecido, durante el tiempo que serví como Embajador, ante el Reino de los Países Bajos y él ocupaba su judicatura, ante la Corte Internacional de Justicia. Curiosamente nuestros primeros contactos fueron alrededor, de la publicación de su extraordinaria obra, autobiográfica, A Lucky Child (2007), un relato alrededor de su sobrevivencia, durante los horrores del Holocausto, siendo un niño, experimentó la terrible “marcha”, caminando desde Auschwitz, transportados – solamente tres niños lograron completar la terrible “marcha” – luego a Sachsenhausen donde fue liberado, por tropas rusas, posterior a su liberación y protección por la Cruz Roja noruega, emigró, a los Estados Unidos, completando sus estudios, hasta los más altos niveles, y, a partir de dicha formación, desarrollo una impresionante carrera, tanto como Profesor y Jurista, Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y claro, después ocupó una silla, en la Corte Internacional de Justicia. Mientras seguía y estudiaba diversos casos, más de alguna vez platicamos sobre Centroamérica, región que visitó y conoció profundamente. No repito acá los detalles, de su extraordinaria carrera y dedicación a los Derechos Humanos, la Justicia y el Derecho puesto son ampliamente conocidos y el respeto, por el Juez Burgenthal, de pleno conocimiento.

Alguna vez pensé y consideré– hubo un tiempo, que mi palabra y voz, eran escuchadas, por los que se ocupaban de estos temas -, lo llegué incluso a proponer, en un documento que elaboré, para uno de los Cancilleres del país, claro no hubo respuesta, mi idea era, que si Guatemala, se encontraría, entre los dos grandes sistemas dominantes, en la Corte al momento de someter su Caso, a saber el sistema anglo-sajón o sea del common law y por la otra parte, aunque minoritario, sumamente influyente, el modelo francés, muy arraigado, en la América Latina, la intuición decía y más de algún conocimiento, sólido y bien fundado, que nuestra mejor opción, debía ser un modelo híbrido , en el que nuestras mejores opciones, girarían al plantear el Caso desde una visión, distinta a la conocidísima, oposición dialectico-estructural, derecho napoleónico codificado o un sistema basado en precedentes y casos, establecidos por las distintas Cortes, de las distintas jurisdicciones, un derecho construido por jueces y no por legisladores, como es el caso de nuestro derecho, derivado principalmente del derecho civil y sobre todo, normado y codificado, a través de sistemas legislativos. En más de un momento, pensé en el Juez Burgenthal como nuestro Juez ad hoc, claro, las cosas no caminaron la senda, que concebía era nuestra mejor opción. No viene a cuenta entrar en esas historias o cuestiones anecdóticas, reservadas, para recuerdos o platicas nostálgicas, de café. Lo tal vez mas relevante eran nuestras conversaciones, sobre cómo poder presentar un caso, que pudiera circunvalar las posiciones clásicas, dentro de lo generalmente conocido como stare decisis y los derechos codificados. Un modelo hibrido tenia, que tener una mirada al Völkerrecht y a las nuevas tradiciones latinoamericanas. Eventualmente, las cosas se movieron hacia otras latitudes y los vientos soplaron, en otras direcciones. Es fácil contrargumentar y asumir, que los casos sometidos serán considerados y evaluados a la luz de los principios del Derecho Internacional General y Consensuado, lo cual es absolutamente correcto, apodícticamente indiscutible, es así y no puede ser de otro modo. Sin embargo, hay horizontes de interpretación, las lecturas se hacen a partir de concepciones y sistemas, nadie prescinde de su formación y sus constructos conceptuales, eso lo pude ver muchísimas veces a lo largo de mis años, siguiendo diversos y complejos casos. Es por eso que existen disputas y controversias. Las reglas hermenéuticas, aunque heurísticamente neutrales, no son aplicadas de la misma manera, hay escuelas de pensamiento y teorías divergentes, cómo no van a darse sistemas en conflicto o normas interpretadas de distintas maneras. Es imposible evitarlo.

Los sobrevivientes del Holocausto son personas especiales y extraordinarias cuyas experiencias, tragedias y sufrimientos son un testimonio y relato del horror y terror, que la maldad extrema son capaces de someter a otros seres humanos. Nunca me ha gustado el uso extensivo del término “genocidio”, acuñado dentro del Derecho Internacional por cierto, a pesar de los Tratados y Convenciones internacionales y regionales, cuyo uso y empleo recurrente se ha hecho palpable en casos de cuño notoriamente políticos, siempre he compartido la prudencia máxima, mesura ponderada, en el uso de este término altamente sensitivo y que toca a seres humanos cuyos sufrimientos son incomprensibles, la deshumanización es patente, lamentablemente vemos con asombro, que no es el caso, hoy día asistimos a una importante alza en ataques y muestras evidentes, de un antisemitismo expandido globalmente. El Juez Burgenthal no fue solamente un sobreviviente, lo fue en cuanto y en tanto, niño, obligado a la separación y al dolor inmenso de la perdida, de su padre y otros miembros de su familia. Tal vez o probablemente por esto, era poseedor de una bondad y generosidad muy especiales, casi mágicas, algunas personas son tocadas por la luz, para expandirla, para llevarla al resto de un mundo cargado de obscuridad. Tanto como notable jurista y Juez, investido de esa condición tan especial de los grandes Jueces, profundos conocedores del derecho y la justicia, sino también y sobre todo, del misterio de la condición humana, sabía mejor que nadie aunque ha habido y hay unos pocos, que lo han llegado a comprender, que en el mundo abstracto y de principios, normas y reglas, la ausencia del persona humana es demasiado importante y no se le debe postergar más, su trabajo en el campo del Derecho de los Derechos Humanos dejó una huella y un legado al más alto nivel y su generosidad y bonhomía son ejemplos a seguir e imitar constantemente, como solamente los grandes Jueces lo saben hacer. No puede ser más apropiado al final de este breve In Memorian, cerrar con las bendiciones judías, que vienen muy a cuenta, que la memoria de los justos, entre ellos Thomas Burgenthal, sea una bendición, para toda la humanidad. Baruch Dayan ha’ Emet (ברוך דיין האמת).

The Game of Secrets

Albrecht Dürer. Melencolia I circa 1514. The National Gallery, Rosenwald Collection.

Roberto Palomo-Silva

Man dwells on secrets, inhabits in secrets. Sometime during the last century the great German philosopher Peter Sloterdyk referred to man as a “discoverer of horizons”. Homo Erectus developed the extraordinary sense of anticipation as soon as he could observe, watch from a distance, managed to create a skill that would define his own nature. Man had an advantage over other predators and competitors. Anticipation brings about another skill namely that of disguise. However, the sense of anticipation as it evolves, transforms, gains in depth creates also or better said, establishes a meaning of time, man began to consider movement towards or direction becomes not only a physical point but a more complex initial experience of “what-is-to-come”. Anticipation generates expectation. Seeing and seeking for the unexpected not in the meaning of self-preservation which might surely manifests as a primordial instinct but in the form of planning. We are at the onset, to use the sadly forgotten language of the great French thinker, Pierre Theilard de Chardin s.i., “ascension of consciousness begins”, mankind’s relationships with the invisible – that which is not yet – starts its complicated walking together, companionship of man’s long journey into the unknown. Reviling that which is not yet carries also the first experiences of that-which-is-unknown in the form the unconcealment of newly acquired forms of knowledge, consciousness begins its constant and permanent relation with the unveiling of the new and at the same time set up the creation of disguise and secrets. The process of acquisition of secrets or in a more pregnant sense, the creation of secretes places man at the core of the leaving constantly with the invisible, that which is hidden and most remain hidden, secrets spring into the ontological level as a form or way to deal with the invisible as unknown, undiscovered and totally different.

Secrets and symbols are ontologically enfettered. Entrenched from the very same origin. When man uttered the first secret or felt the need and drive to hide, when the invisible became real and hard, present and menacing, secrets emerged. The need to hide is the ontological manifestation of an irruption into the realm of the unknown. Man not only watches, observes also develops the sense of an existential threat that comes from the darkness of the unexplained and that lurks from all angels of everydayness and engenders constant menaces to the very existence to mere being-in-the-world. Is a fundamental terror that which triggers and jump-start the domain of secrets, the need to secrecy. Symbols become the language of the hidden and invisible. Secrets cannot be shared totally and openly because they loose their condition as such, secrets cannot be public, can be partially so and shared within certain codes and private languages exclusively known to those who shared the secrets of its meanings and form a certain common link, that of the holders of the secrets and latter on, the ones that can read through the symbolic configuration of that which is kept and is revealed to the very few keepers of the keys to interpret and read that which remains concealed. Enter the game of secrets.

The recent or not so, notion or idea of play we can find from van Hattinberg, Bergler, Piaget and others, deals principally with the manner and meanings of child play, when Freud addressed the subject he left some remarkable stories recounting his research and observations which he considered to be extremely difficult, let us mention the case of the Little Hans, as an example, there’s ample and extensive psychoanalithical literature regarding the way children play and the outcome of frustration and guilt. Ludopathy. An onto-existential analysis of play and game grounds its origins on a different idea, something very different the notion of passive suffering transformed actively into aggression or rebellion of sorts. Freud’s consideration of loss that we can find on children playing, can be found on one of his most relevant publication referring to the intricate construction that leads from loss to angst and with this a very particular experience with what we called “uncanny” or “sinister” even, translating into English the German word, used also as the title of his famous publication: Das Unheimliche” (1919). The French version of the German word is very intriguing as an effort to grasp its real and deeper meaning, inquietant, that has a remarkable story if we only consider the special relationship between Freud and the Princess Mary Bonaparte who translates into French Freud’s essay and was published under the title L’Inquiétante Étrangeté. Freud considered play as a very significative act not only as an act caught between pleasure and displeasure that also carries the condition of that appears and disappers generation or displaying the angst of return. That which comes back is what causes the intense angst in other words or to use Freuds own terminology – not always properly understood and so difficult to translate – Verdrängung – what lies repressed or dormant takes primary stage once again as the Unheimliche, the uncanny and inquiétant, memory of course is fundamental in this enormously complex process of recovering and suppressing, after all what is unpleasant and painful hurts and causes profound damage, becomes Unheimliche and it can be brought back because it once was very close, intimately close, Heimlich, meaning familiar and close, Heim carries the meaning of “home” too, at least as the root of the word. Repressing doesn’t mean forgetting so therefore the familiarity of the original experience remains ever present. Freud in the quoted work from 1919 invoked the two very well known tales fromE.T.A. Hoffman to illustrate the transit from pleasure to Verdrängung or the suppressed events that trigger the painful original act that engender the so called trauma. Both tales, Der Sandman and Die Elixire des Teufels, exemplify a vast and incredible deep experience of hurt and profound sorrow. Children stories that speak about horror, punishment and specially a radical horrific being in a world of threats and dark menaces that can harm and destroy.

From grieving and severe distress a world of original traumatic events resurfaces in the form of the uncanny, Unheimliche and playing becomes a form of hidden and maintaining secretes that if we follow pshycoanalitical thinking, so starts the process of healing the suffering and reliving the dreadful angst. Eugen Fink wrote an essay about play that gives another horizon to understand and comprehend the meaning of play on his very little known work Oases des Glücks from 1957, has a fascinating subtitle, namely Gedanken zu einer Ontologie des Spiels. Play seen as Spiel, the German word, is considered by Fink as an existential phenomenon essential to the Dasein and posses a masked condition that demands a discovery, almost like building a difficult jigsaw, puzzle, that in its deciphering requires a delicate unveiling of all its masks, is like an art of different levels of polysemic meanings. Two elements here are essential for approaching the existential meaning of play, the mask and the masking firstly, was hidden and remains in the domain of the unknown as the original human experience of the invisible. When play meets secrets the unravelling of all the intricate complexities of human existence begins a very unique a peculiar game. We stated above that man dwells in secrets moreover, devotes his very existence to constructing, building secrets of many different natures at manifold levels. Human interaction appears to be rooted on the ability to establish a wall of secretes before openness and trustworthy and loyal franc interaction might or can be secured. Distrust as a form of self-preservation, self-protection from threat coming from the inevitability of being-in-the-world. What lies underneath this masking as a game of secrets can be found precisely on fear and angst. Vulnerability. The eminence of being hurt by the other, others or by a given state-of-affairs produces the wall building of masking. A second element is the design of jigsaws or puzzles as bricks or components of the wall. Walls need a material to be built, requires the concreteness of a given structure, puzzles are created bit by bit, as masked by pseudo real components, gaming becomes thus entrenched in secrets. That is the nature of the secrecy of secrets. Constant playing and deciphering, dealing with pseudo real elements, masking to cover what remains concealed, the never ending game of secrets is deployed. Jackson Lamb as the ultimate spy and keeper of secrets, unglamorous as such, totally anti-Bond, with a completely neglected physical appearance even hinting to an unpleasant personal hygiene, however posses an extraordinary talent, an incredible mind, capable of playing the game of secrets as a genuine master. Master-spies are the professional gamers, consummated players of the game of secrets and are the keepers of keys to decipher jigsaws, codes and many forms of masking because they are also creators or consummated deceivers. Russians – also masters of these games – have a fascinating word that encompasses multiple levels of meaning, maskirovaмаскировка), probably originated from the game of chess – Russians are notoriously great chess players, we know about so many great champions and masters that battle legendary figures as José Raúl Capablanca y Graupera, the great Cuban master, Bobby Fisher, the extraordinary American master and others, the list is inexhaustible not only with Russian players but so many other nationalities -, maskirova has been developed and applied to the Art of War, translating its meaning is no easy task, once again we are in the middle of a polysemic real. On Lamb’s case it is the art of deceiving the deceiver, anticipation as we quoted above, on the last episode of Slow Horses, when the game is revealed what emerges from the the game of secrets, takes the manifestation of the remarkable skill that Lamb posses to anticipate the deceiver, unmask the maskirova and become one with it and this way consummate the check mate. The extraordinary level at which the game of secrets is played in world of international security and even, politics, nowadays is frankly very scary, however it couldn’t be played without a given disposition existentially present on the very existence of man, what perhaps is the more terrifying moment of the game is none other that is also played at the level of personal and intimate relations. Overcoming the game of secrets is fundamentally for a healed and friendly, open and transparent relationship amongst human persons. An enormous challenge looms in the horizon in order to enter the realm of the light.

Although these are remarks and a broad paint of the in depth complete analysis of the phenomena we call here “game of secrets” the linkage of the process of masking and unmasking, the need to hide and deceive for whatever causes or grounds, most be address following what Derrida called once “the steps of the wolf”; the transit from Homo Erectus as an observer or watcher of horizons to the builder of walls of secrets demands a very careful process of successive steps, therefore if we move accordingly to the wolf, loup to use Jacques Derrida’s wording, we come across different meanings of the word being one precisely mask as a disguise, hiding and concealing. We most also retain Fink’s affirmation that play is a fundamental phenomena of existence and to conclude we refer to the transit of the notion of play to the level where suffering and pleasure dives us into the abyss of personal experiences as the domain where light and darkness, hope and despair collide. The pleasure of play becomes entangled with the reality of suffering and suppression by loving the other we also grant, the other, the power to inflict pain and hurt. The famous engraving from Albrecht Dürer, Melencolia I, chosen to start this text, has been interpreted and studied extensively by important art historians and employed even by writers and novelists more recently, Dan Brown – The Lost Symbol – turned it into part of a plot and his main character, symbolist Robert Langdon, comes up with an elaborate decoding of the symbols on the engraving. Melencolia is the ideal work of art to envision a many-faceted construct around secrets, masks, play and their respective opposites, after all secrets always demand deciphering and unconcealment and Dürer’s engraving not only portraits all of these but also, crucially, points out to a keeper of secrets, essential actor of the game of secrets.


THE UNANSWERED PRAYERS: The collapse of empires and the emergence of the Anti-Narcissus.

Roberto Palomo-Silva

Thomas Cole, “The Course of Empire”, 1833-36. Oil on canvas, The New-York Historical Society. The Savage State (1834); The Arcadian or Pastoral State (1834); The Consummation of Empire (1836; Destruction and Desolation (1836).

Thomas Cole’s extraordinary work of art recounts the story of the birth and downfall of Empires from the twilight to their demise. Much has been written regarding the matter of the emergence and destruction of empires, probably no other historical event had the worldwide attention as the collapse of the Roman Empire and the enormous consequences than the slow and painful disintegration of Rome and the subsequent total transformation carrie on during centuries after its astonishing dissolution, however unique it might seem is by no means an isolated historical and sole case. Others have gone trough similar catastrophic circumstances. The subject is full of complexities and when addressing causes and degradation we might find ourselves into rather deep and very long discussion. Empires do not collapse suddenly on the contrary its lengthy process of disintegration emerges from a multitude of reasons and is rarely linked to a one historical figure but on the contrary, many actors partake on the painstaking decadence and final collapse. Recent events, the passing of the late Queen Elizabeth II and other much lesser publicised events, have caught the eye of public world opinion, the impressive ceremonies and protocol followed with exemplary meticulosity and observance of all the symbolic elements, many attesting to the care and respect for the late Monarch, the remarkable Royal Protocol carried out with the utmost perfection, one is tempted to stress, carefully planned and executed, bares a meaning that transcends the person and embodies the Monarchy, The Crown – as has been labeled in one notorious series by a major streaming outlet – and others names perhaps not so adequate, for example, The Firm or The Company. The temptation that springs from such extraordinary events might be none other than to consider we are witnessing the end of the once named British Empire at least the winds of change, extreme change probably, might be lurking somehow on The Crown and the transformation from subjects into citizens slowly emerges from the silent condition of a long postponement which could or not, be unavoidable.

The great wars fought on Europe at the beginning until the middle of the last Century, horrible wars of immense destruction of millions of lives, countries, systems brought down historical Empires collapse, one can easily rethink or bring into consideration, after the First World War ended, both the German-Prussian Empire case to be and the Austro-Hungarian Empire practically fell into ruins. Vienna, the centre of the Habsburg Dynasty crashed both internally and externally. Causes for the downfall are numerous and several important studies have been published regarding this so sensitive subject for so many suffered the impact and destruction that First World War brought to millions of persons. Recently a German production named Die Kaiserin, just the first season has been shown but they are announcements that a second season has been completed and will be released sometime next year. Die Kaiserin tells the story of Sissi, Kaiserin Elisabeth and her romance and future marriage to Kaiser Franz Joseph however it also hints at the events that are about to unravel and many of the tragic figures surrounding and were also main protagonists of the manifold tragic events involving the Hapsburg dynasty, even the Maximilian part comes to play signalling yet at another tragic figure and his lifelong attempts to become Emperor, wish that was later to be granted only to bring about the absurd and the catastrophic Mexican “expedition”, not to mention the madness engulfing such an adventurous proposition and wretched Empire dreams and phantasies. Following probably the Mexican example, the Latin America countries were historically more prone towards creating Republics under constitutional frameworks nor Kingdoms or Empires although we should recall that regrettable cases in said Mexico and Brazil, under the Braganza family, failed to materialise being finally dissolved in 1822 when Brazil proclaimed its Independence. One last word which maybe can even be a quote for something very particular: whilst watching and following with great interest and even curiosity, the German series portraying the Hapsburgs comes into mind the fact that at the Vienna Court so called “Hoch Deutsch”, wasn’t the language of choice, the wonderful musicality of the Viennese accent is missing and even the necessary touch of Winerisch or if one prefers to call it “Viennese German” was indeed generally spoken so, therefore, it is to be expected that the characters employ this beautiful language and not to forget that Sissy spoke Bayerish which is very close to Wiennerisch. Personally this is of the utmost important in order to maintain historical accuracy, the issue of the “dialects” in the German speaking world, is of crucial importance and has a lot to do with national identities, same can be said amongst the Swiss that called Hoch Deutsch as “Scriftlich Deutsch”, meaning the written language, used everywhere in the German Cantons in Switzerland although Swiss Deutsch and all its variants are spoken mainly in the Swiss Confederation.

Vienna aside from being one of the most beautiful cities not only in continental Europe but all over the world, has a unique history too. Vienna witnessed during the times of the Empire a magnificent resurgence. Architecturally it is a wonderfully designed city, the buildings and the style as well as the blend between different conceptions, from Art Deco to the period of the Secession where great artists, architects of great vision produce a long lasting and highly influential movement, great names such as Klimt, Kurzweil or even Mucha, together with Moser, Hoffman Olbrich and Otto Wagner, to name some of the most important founders of the movement, -which somehow survived the devastating winds of War and the calamitous consequences of the Anschluss – still keeps alive even nowadays the spirit, the vast views of the whole period that was also filled with great musicians, composers and philosopher, like a Renaissance period in its pregnant meaning, Vienna was a centre of cultural and intellectual life as well of course, a steemed and regarded scientifically and philosophical core and seat that convey the utmost respect, suffice to quote the names of Sigmund Freud and Ludwig Wittgenstein whose body of work and remarkable contributions shaped and transformed the world. After the wars and Austria became a Federal Republic, leaving under the spell of Alt-Wien a certain nostalgic culture engulfed the country, not only Vienna. The dissolution of the Empire and its dramatic events leading to its unsettling demise maybe the assassination of the Arch-Duque in Sarajevo and the Mayerling tragedy, this are well known facts and have been studied and extensively written about, however there are some other factors that lead to Empire downfall that demand another perspective or newer angles and horizons to consider. The nostalgic culture is rooted and very deeply on a transformation and meaning of the person and the whole culture including, specially, the political landscape. Wars destroy and more over, alter and transform. Whether modernisation in the form actualisation, coming into times, substitutes the Old system and ways, remains open. Change does not mean improvement.

Blood lines, lineages, ancestry or probably the most disturbing of all the ideas, to support monarchies or empires that comes to mind immediately, is the so called “divine origin of kings”, invoking the name of a deity to ground rights to succession founded dinasties not only in Europe but in other countries as well. One of the main objects of rejection by the French Revolution was precisely that of hereditary power trough roots on a divine mandate, kings rule in the name of the Almighty sometimes they are or had been seen as the worldly presence of a deity, case of the Japanese Empire and this was precisely what MacArthur faced when lying the ground for the famous Tokyo Trails. The persona of the Emperor – Hirohito – could not be touched and in a gesture of transcendental importance, Hirohito bowed to a long standing peace and friendship and embraced the responsibility for the acts of war committed under his command. The God-Emperor became human cementing the soil for a new extraordinary change, that of a modern and exemplary country. Imperial and Royal Families are educated and formed in the German sense of Bildung, to become a very special kind of individual, strictly prescribed rules and protocols to be followed closely and under the watchful eyes of those responsible to keep the tradition, always present creating thus, a very particular and different persona, unique individuals with personalities and characters so vastly separated from the other members of a given society and culture. So called “royals” behave differently and become aliens to the common people. Sometimes completely incomprehensible, to the regular individual who happens to be a subject to the strangest cadre of persons that seat at the top of the pyramid. Enter narcissism.

Narcissus story is so well know it does not need any recounting. Our current world seems to be dominated by certain individuals with narcissistic personalities. Something that needs more public scrutiny and even more carefully analysis. Politicians seem to be at the total mercy of the Narcissus plague, Royals and Imperial families with clear exceptions, take it for granted, is part of the job description and a self-entitlement comes with destiny and inheritance. However, there is an almost unknown or only a selected few remain aware of its existence: the Anti-Narcissus. The Talmud tells the story according to a baraita, that Shimon HaTzaddik, Kohen Gadol and a High Priest of the Second Temple, tells the story of a “man from the South”, no name given, described as having “beautiful eyes and a fine countenance, and his locks were arranged in curls.” During the conversation Shimon HaTzaddik asks “the man of the South”, why is he seeking to became a nazirit and thus being forced to destroy his hair, as is mandated at the end of his term. The reply is absolutely astonishing: he recounts being a shepherd on his father’s in his home town, on a certain opportunity he went to draw water from the spring and looked at his reflection in the water. Suddenly an evil inclination took hold and sought to drive him from the world. He replies by calling the inclination “Empty one!” and reacted in dramatic terms, “For what reason are you proud in a world that is not yours, as your end is to be maggots and worms when you die…” and in a very strong and committed fashion asserts and swears by “The Temple service” to become a nazarite and shave his head, cut his hair off, for the sake of Heaven. The story is told in different Tractates, Nedarim 9b-10a; Nazir 4b; Tosefta Nezirut 4, 7 and even on Numbers Rabbah 10 to quote just some of the many sources where the story of what we call the Anti-Narcissus comes into account. In these case we have known due to many historical facts that Greek both as a language and culture, where extensively spread in the times of the Hellenistic period. Suffice to recall the extraordinary events around the so called, Letter of Aristeas to Philocrates, in spite being consider pseudepigraphical relates how the Septuagint came to be written and refers to the Library of Alexandria and how the text was translated as seventy two interpreters where sent to Alexandria at the request of Ptolomy II Philadelphus (281-246 BC) to translate the Books of the Jewish Law into greek, something in urgent demand specially to the very large and important Jewish community leaving in Alexandria and where in need of a greek translation. Whether the story is myth or fiction attest to the fact of the usage of Greek and the knowledge of the Greek religion and culture so the Narcissus myth was of common knowledge amongst the highly educated Priests and others. Imposing a limit to self-admiration and adulation in the name of a divinity is a remarkable and ethical response to hedonism and departure from more profound commitments. These are mere remarks on what should be addressed with deeper seriousness and careful considerations and analysis, the current world and state of affairs are crying for words and observance of values grounded on compassion and generosity, acceptance and openness to the otherness of the other. Understanding and constant, truthful exchanges should pose the self-entered world and expansion of the Narcissus malady. Readdressing the Anti-Narcissus seems to be an interesting path to a better understanding and coexistence a pending assignment for a larger and influential, powerful, sector of mankind specially for those who carry the potential of influence and decision making.


MARIO ANTONIO SANDOVAL: ASTURIAS COMO CREADOR DE LENGUAJES.

Roberto Palomo-Silva

Castillo de la boca en que la puente lengua es levantada.
Fuera el mundo. Mi último canto para ti que oyes hablar cuando la lengua calla.

Miguel Angel Asturias: Loas a Santa Maria del Rosario, 1941. Declamado, por el propio Asturias, en el Diario del Aire, para conmemorar el 50 Aniversario de la festividad de Octubre, de la entonces Parroquia, de Santo Domingo y publicado, por primera vez, en el extinto Diario del Aire, ante expresa petición del mismo Asturias.

Recientemente publicado, bajo el muy sugerente titulo de “Era bello y malo como Satán…”, parte de la colección Nueva Academia, Serie Periferia, en Guatemala en el corriente año, 2022, Mario Antonio Sandoval, el distinguido y muy reconocido periodista guatemalteco, catedrático universitario, Miembro de la Academia Guatemalteca de la Lengua correspondiente a la Real Academia Española y durante muchos años, su Director, columnista de Prensa Libre, con quién esta unido, por historia y descendencia, su columna Catalejo, ha sido una constante, en el periodismo independiente guatemalteco. La obra es francamente fascinante, para los que entendemos al lenguaje, como “la Casa del Ser”, ver florecer a través de esa cuidadosa y magníficamente ordenada, casi taxonómicamente clasificada, bien cabe acá, la expresión taxonómica, puesto, que es como una detallada clasificación de nombres, Asturias, entre tantas cosas, era un gran creador de nombres, la manera de presentar el texto y su arquitectura formal, nos lleva pausada y sistemáticamente, a través del lenguaje de Asturias, no sólo por esas extraordinarias formas sistemáticas, de nombrar lo innombrable, el mundo mágico de los demonios y los dioses, sino también y esencialmente, el nombramiento, en tanto que nombrar aquello, que nos es insondable, mistérico y quizás incomprensible, los nombres nos acercan al origen de lo que es.

Aunque no contiene un indice temático oportunamente agrega a cada párrafo reproducido, con número de página referida a la edición correspondiente, ofrece un glosario de términos acuñados, sea por Asturias o de uso extenso, en el habla popular guatemalteca. Resulta pues, posible afirmar, por ende, que la misma está dividida, en 7 grandes partes, unos anexos adicionales, así como las referencia y fuentes. La división, sigue los títulos de algunas de las más importantes obras de Asturias, así tenemos pues, que el primer apartado o capitulo, es el El señor Presidente; Hombres de Maíz, es el siguiente; Leyendas de Guatemala, el tercero; Mulata de Tal, el cuarto; Viernes de Dolores, el quinto; el sexto, El Espejo de Lida Sal y como un magnifico agregado, incluye una Tertulia Asturiana, en la que recoge una especie de entrevistas, con dos grandes escritores guatemaltecos, uno recientemente fallecido, Mario Roberto Morales y el otro Mario Alberto Carrera, ambos referencias fundamentales, reconocidos, por su talento y contribuciones importantísimas, a la academia, el periodismo independiente, y, principalmente, a la literatura guatemalteca, los dos a su manera, notables conocedores, de la obra de Asturias. Queda una importante mención, a la poesía y la dramaturgia, de Asturias, destaca Mario Antonio Sandoval, el trabajo de la gran intelectual guatemalteca y Académica, Lucrecia Méndez de Penedo, sobre el teatro de Asturias dónde la cuestión del lenguaje es un reto por enfrentar, valga esta mención, para reiterar la importancia, del estudio de su obra, y, quizás lo esencial no es otra cosa sino su lectura, en solitario, en grupo a viva voz, como práctica ritual, de un poder vernos, desde esa mirada de la palabra y el habla inagotable, que Asturias nos legara.

El señor Presidente es un texto tal vez, construido y escrito, para ser leído, voz alta casi como declamando, muchísimo se ha escrito y dicho, sobre esta extraordinaria y obra única, en la gran tradición, de la literatura guatemalteca y latinoamericana. La literatura sobre la misma es realmente enorme, al final del libro hay un apéndice, podríamos usar ese termino, con grandes licencias, en el que recoge el autor, algunas opiniones y comentarios vertidos, en general, sobre Asturias y su obra, así como otros mas específicos, de importantes escritores, críticos y otros más, entre las citas reproducidas, sobre El señor Presidente, son muy conocidos; Asturias, no es el único gran escritor, que en tanto gran poeta, escribe y crea una prosa poética sencillamente extraordinaria, Mario Antonio Sandoval lo llama “orfebre”, es decir el cuidadoso y meticuloso artesano – en el antiguo sentido de la palabra -, que moldea su materia, el lenguaje, en este caso, en una autentica creación de obra de arte. Mientras los “ferrocarriles de gritos”, recorrían esas calles de una ciudad, que se había hecho “pequeña para su congoja”. Demonios y ángeles, seres infernales, desesperanza y sobre todo, muy por encima de todo, un sufrimiento enorme, contaminado, por la podredumbre real y material, de la condición humana misma y ensombrecido, hasta pintarlo de obscuridad completa, la sombra del poder absoluto, se paseaba cuasi invisible, por una mundo de dolor y angustia, invadido, por todas partes y narrado, por el orfebre-mago, de la palabra y del lenguaje, bajo esa notable metáfora dolorosamente real, del dictador-tirano, que hemos visto reproducirse, bajo muchas mutaciones y formas, a lo largo de la dramática historia latinoamericana. Asturias lo desnuda, aunque se resiste a ponerle nombre y apellido, con la fuerza de la belleza creadora, del escritor-poeta, de la palabra trabajada, urdida, bajo el esfuerzo de alfarero del lenguaje. Allí yace pues el poder de su capacidad de nombrar lo innombrable.

Hombre de Maíz. Aunque el elemento político nunca está ausente de la obra de Asturias, después de los años, el asombro ante el lenguaje ha prevalecido, sobre las consideración de tipo ideológico o incluso, la visión, de la función del escritor y de la literatura, en general. No es el único caso donde esa prevalencia supera ampliamente a las particulares visiones personales, del autor, no siempre es el caso, la distancia contribuye a superarla y la cercanía a mantenerla. Hay casos donde la veleidad y la incongruencia resultan paradójicamente inaceptables, hay más de uno e incluso de muy reputados y laureados autores. No que Asturias esté exento de contradicciones muchas de ellas, meramente humanas, francamente humanas, a pesar de ello el lenguaje siempre ha prevalecido y lo continuará haciendo. Hombres de Maíz es una obra con un contenido político muy fuerte, con unos reclamos nos atreveríamos a decir, humanos totalmente humanos, denuncias justas plenamente justas, nuestra tarea es principalmente el lenguaje, ese gran lenguaje, el cual es mejor dejarlo hablar. En torno a la cuestión política, no entramos en ello. Recojamos algunos de eso ejemplos, casi tomados al azar, del uso y creación de ese lenguaje extraordinariamente único e irrepetible, que nos da Mario Antonio Sandoval, “la tierra …es semilla que cae de la estrellas…”, donde los hombres y los demonios, dioses y fantasmas, caminan por este”… mundo muerto que da el silencio…” y por debajo del “…el brillo de la luna convertida en ríos navegables de miel blanca, a lo largo de laderas desnudas.”. Y es que bien lo dice Asturias “…la tristeza es como la ceniza de la alegría…” y “…la realidad era más sueño que el sueño…”, en un mundo cargado por el “… peso y soledad de plomo.”

Leyendas de Guatemala, tal vez una de las más hermosas obras de Asturias, donde el esplendor del lenguaje alcanza unos niveles inigualables y totalmente poético, la narración poética se convierte en dominante y la creación de todo tipo de imágenes, llevada a magnificas alturas. Guatemala esa tierra “…de paisajes dormidos…”, llena de leyendas y poblada por habitantes, que coexisten y conviven con “…fantasmas que son palabras de la eternidad…”, donde “…el tiempo es viejo de las horas viejas…” y las antiguas leyendas, que el mismo Asturias dice “me las contaba mi madre”, deambulan en silencio y disimulo, repetidas, susurradas, en los oídos, de los niños, compañeras de viaje y de secretos, desde la Leyenda del Volcán, del Cadejo, la Tatuana, el Sombrerón, del Tesoro del Lugar Florido, de los Brujos de la Tormenta Tropical, hasta Cuculcán, “la serpiente-envuelta-en-Plumas”, como Asturias la nombra en y desde ese lugar “…más allá de los peces el mar se quedo solo.”

Mulata de Tal o tal vez, la deconstrucción de un mito y el nacimiento, del antiguo mito re-inventado por un Asturias magistral, quien deambula de Fausto y Mefistófeles al Brujo Bragueta y Yumi, donde hace nacer a la Mulata – al nombrarla simplemente así, la universaliza o sea la mitifica – enanos y demonios, se confunden en un carnaval de palabras encantadas, surge así Tierrapaulita, tal vez el ancestro de Macando o su pre-figura, cuasi sagrada, una especie de nuevo Xibalbá, más real que soñado, lugar de encuentro y surgimiento, de lenguajes ancestrales y nuevas lenguas. La más compleja de las novelas de Asturias, llena de un torrente surreal de palabras y magias, casi cotidianas, donde “…la mulata vestida de risa interminable..” y “…Yumi, alquitrán de tiniebla, negrura interior que se hecha a borbotea…” constituyen un mundo de engaños y mentiras, lo real es aún más terriblemente real a través de la palabra creadora, bautismal, mezcla de lo viejo y lo nuevo y retorno de lo más profundamente antiguo, la lucha con el mal, tomando otras formas, nombradas de nuevo, con un lenguaje reorganizador de las viejas historias, por las que caminan los pueblos y los hombres, “…parte de la noche que no dormía…”, visión apocalíptica, de un lugar, el cual desparece “…se lo tragaron las sombras de la noche…”, escenario de una nueva versión, de la más antigua de las guerras, deconstruida por el lenguaje alucinante de un Asturias magistralmente poético, esa lucha de los tres mundos encontrados, condenados al conflicto sin final y que el sacerdote cuasi emisario del occidente, entra en una guerra, que como baile o sea rítmica “…genera…el encuentro del silencio pintado de luceros…”. Mulata de Tal nos habla de un mundo nuevo, que nace de esa lucha, tan vieja como los tiempos perdidos, y, que la magia del lenguaje de Asturias, nos acerca, nos la pone enfrente, delante de una mirada, frágil y elusiva, esforzándose en comprender todo aquello tan profundamente incomprensible.

Viernes de Dolores o los tiempos del silencio. Aparentemente se trata de la última novela, que Asturias escribiera, alrededor de los setentas, situada en los principios, de los años veintes, del Siglos pasado, en la Guatemala de la Huelga de Dolores. Muchos de sus personajes son reales y los nombra a casi todos, con sendos “nombres-apodos”, incluso el de Gran Moyas, con el cual se le conoció al mismo Asturias, aparece, dentro de la obra, como Chirimoyas, que devendría en Moyas y luego el Gran Moyas. Los textos escogidos por Mario Antonio Sandoval, hablan de los silencios y del gran silencio, son y están impregnados, de la fatalidad del tiempo, de la decadencia, que acompaña al envejecimiento y el transcurrir de lo inexorable. “Dentro, el silencio sin silencio…”, “Solo se oía el silencio. La mudez del silencio…” y afuera se escuchaba “…el silencio con su murmullo de hojas.”, es ese caminar del tiempo-silencio, hacia su retorno imposible o la repetición de una circularidad sin fin, por eso casi al final nos dice al hablar de ese terrible silencio, “…que amontonó entre el cielo y la tierra durante los días grandes…”. Las metáforas y demás símiles, son ahora, referencia al transcurso e irreversible viaje, de la decadencia, su comparación de las marcas o manchas del mármol, sus vetas, al llamarlas “…!el vomito de los siglos!…” se nota ya esa fuerte carga de amargura profunda o de desilusión, que los especialistas y conocedores de su obra, nos han aclarado certeramente. El lenguaje de la historia de la obra, que brevemente intentamos identificar, tiene acá una carga semántica diferente, los años de dolores, son también el pesado tiempo transcurrido.

Y llegamos al Espejo de Lida Sal, con sus títulos de nombres mágicos-surreales, su lenguaje una continuación, del torrente, catarata, de imágenes y símbolos, magia revuelta y mezclada, con esa pseudo realidad evasiva e incomprensible, abierta al reto de la interpretación. Los nombres, Juanetes el encadenado, Juan Girador, Quincajú, Leyenda de las tablillas que cantan, Leyenda de la mascara de cristal, Leyenda de la campana difunta y la Leyenda de matachines, donde nos dice que “…pesaba menos que el humo, menos que el agua, menos, que el aire, menos que el sueno…” o sea pura etereidad, humo, agua, aire y sueño.


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ENTRE LA IMAGEN Y LA REVELACIÓN: Otras formas de ver lo no evidente.

“From here on: light – created, concealed, contained, in the covenant, entering the rose, emitting seed into Her.” The Zohar, 1:1a.

Las diez Sefirot, The Zohar, Edicion Pritzker. Stanford University Press, Stanford University, 2004. Vol. I.

Roberto Palomo-Silva

El misticismo judío tiene unos orígenes antiquísimos, emerge desde los textos mismos de la Torah y otras fuentes adicionales, su extensa tradición ocupa siglos enteros, dentro de la experiencia judía, de la presencia divina.   El célebre pasaje del Profeta Ezequiel, especialmente 10: 1 y siguientes,  cuyas visiones inspiraron una importantísima corriente mística, Merkabah, a partir de la interpretación, de un texto hermético y alegórico, cargado de claves, símbolos y secretos, en ese particular y enigmático lenguaje del Profeta, que aparece acá  tal vez no exclusivamente como el que habla por otro, sino como un visionario, en el sentido de aquel a quien se le permite ver lo que otros no pueden, el que puede ver, a través de la niebla, y, en ese particular ver y lo que llega a mirar, observar, es la manifestación de algo que pareciera un Trono, la palabra del hebreo bíblico es muy especial, עֲלֵיהֶם , la cual podría verterse como Trono aunque el mismo texto habla de una apariencia y similitud, con un Trono.  La otra cuestión fascinante es la referencia a una orden dirigida a un “hombre vestido de lino”, entendemos dicha referencia debería contener un mandato a un “sacerdote”, quien solamente  podía vestir o  portar prendas sin mezcla de tejidos, lana y lino, están terminantemente prohibidos, de allí pues, el Profeta está delante de un dialogo/orden dirigido a un “hombre vestido de lino”, asumimos tendría esa condición, un alto sacerdote, quien aparentemente posee la virtud de comunicarse con el Creador mismo y recibe a su vez, un mandato, de una naturaleza muy especial, se trata de infligir un castigo sumamente severo, un castigo que implica el uso del fuego divino, en este caso, brasas de fuego, una formula repetida no solamente en los libros proféticos, sino incluso aparece en la tradición neotestamentaria, vertida como αντρακας πυρος, ánthrakas purós, que en  el contexto por ejemplo, de Romanos 12:20, tiene el sentido de castigo terrible. Es fascinante ver cómo ambas tradiciones están originariamente vinculadas, no son extrañas y mantienen  una especie de continuidad esencial,  entre el judaísmo y el cristianismo.

En el citado texto también se habla de una especie de nube, acompañada o más bien, precedida, por una claridad luminosa, la fuerza de la luz misma, que emana de la fuente de todas las formas de luz. La nube, la voz y la luz recuerdan la experiencia de Moisés en Sinaí, quien entra en la nube  (anan,  עָנַן) ) y permanece adentro de ella, por cuarenta días, como nos relata el Libro de los Nombres o Éxodo como fue vertido al griego en la traducción de la Septuaginta.  La palabra nube tal vez es insuficiente, para darnos un sentido pleno, del vocablo original semita, tanto en el arameo o en hebreo antiguos, la palabra se repite muchísimas veces, a lo largo de los textos centrales de la Torah;  posteriormente, en el Medioevo, otras tradiciones místicas, narrarán ese encuentro, con términos diferentes, aunque en ambas, se lee la experiencia de la divinidad, en el mundo, incluso un dialogo directo, entre personas y su Creador, la llamada experiencia terrenal del alma humana, en su encuentro con la divinidad, no es extraño a esto, el mismo San Juan de la Cruz, quien habla de esa fuente de luz, como la fuente de toda la luminosidad, “Su claridad nunca es escurecida./ y sé que toda  luz della es venida / aunque es de noche.”, tal y como lo cantan las “Canciones del alma que conoce a Dios”.  

De la nube podemos también transitar por las sombras.  Las sombras ocupan un lugar muy especial, en las experiencias místicas o encuentro con las fuentes de luz o incluso de obscuridad.  Las Rabinos del Talmud nos relatan en diversas ocasiones, encuentros con demonios, seres muy peculiares, capaces de provocar graves daños, a lo largo del Talmud se puede encontrar toda una muy extensa caracterización, de las peculiares y muy particulares capacidades, de estos seres, que, de alguna forma, deambulan y coexisten, con los seres humanos.  Una  de  las maneras de reconocerlos, es la ausencia de proyección de una doble sombra, la sombra de la sombra, en el Tratado Yevamot, 122:10, se relata la experiencia de la sombra doble, del demonio denominado Yonatan, Rab Hanina narra una conversación, que sostuvo con Yonatan, los demonios pueden cobrar forma humana, en el citado texto Rab Hanina al relatar la conversación, refiere los términos, que el propio Yonatan le trasmitió, pueden proyectar sombra sin embargo, no tienen sombra de la sombra y, claramente el contexto es uno muy diferente, trata más bien, de los matrimonios, la realidad de la sombra de la sombra, nos habla de una fuerza, que habita en su propia sombra, en penumbra y obscuridad, en la ausencia de luminosidad.  Vale traer a cuenta la célebre expresión recogida, en Hamlet, Acto 2, escena 2, 280, donde Rosencraz le dice a Hamlet, en ese extraordinario dialogo, sobre sueños y ambiciones, allí el dictum, la substancia misma de la ambición, no es sino la sombra de un sueño y un sueño no es otra cosa,   que una sombra afirma Hamlet y Rosencraz le reitera, que la condición etérea y liviana de la ambición, la hace no ser otra cosa, que la sombra de una sombra y Hamlet sentencia al concluir el dialogo, recordando que los monarcas y los supuestos héroes, no son sino los mendigos de la sombra.  Entre mendigos, pseudo héroes y monarcas o nuestros malos y corruptos gobernantes, devotos de la ambición carente de límites y control,  persiguen sombras de sombras, lo cual los acerca al mal mismo, caminan en compañía de esos personajes, como Yonatan, que son definidos por su propia sombra, o sea, en realidad por su falta total de claridad y transparencia, habitan en las penumbras y la semiobscuridad, donde deambulan, en ese domino de las sombras. 

Cuando se toca el tema del misticismo judío se torna casi impensable no referirse al Zohar, sin embargo, no es nuestra intención principal, ni comentar o menos abordarlo, en nuestro contexto, referido fundamentalmente al encuentro entre la fotografía de Mario Permuth y el misticismo.  De la Merkabah al Zohar hay una muy fluida – aunque primordialmente oculta – continuidad.  Cuando Gershon Scholem publicara en los años 40 del Siglo recién pasado, su famosa obra sobre el misticismo y la polémica se desencadenara, alrededor del tipo de arameo, en el que el Zohar está escrito, Sefer ha-Zohar o más conocido, bajo la poderosa formula, Libro del Esplendor, los autores involucrados y la tradición invocada obliga a recordar ilustres nombres, Cordovero, Nachmánides, de León, Luria, entre otros más, y, resulta fundamental, recordar a Rashbi, discípulo del gran Rabino  Akiva, ya que a Rashbi, algunos le han atribuido la autoría del Zohar, desde los tiempos palestinos, durante el dominio del Imperio Romano; es curioso siempre recordar, que Palestina, en realidad era el lugar donde habitaban los judíos, nombre impuesto por los romanos mismos, el Emperador Adriano, lo empleó después de la rebelión de Bar Kohba,  para referirse al Reino de Judea y el resto de lo que fuera el Reino de Israel, es bien sabido el enorme sufrimiento y destrucción, que se derivara del fracaso, de la rebelión y sus gravísimas consecuencias. Scholem afirmaba, que en realidad el Zohar había sido escrito, por Moisés de León, en el siglo trece; empero, sin intentar soslayar la enorme autoridad de Sholem, ciertos estudios más recientes, apuntan a una conservación de una tradición secreta y oral, sostenida, durante siglos. Las incongruencias morfo-sintácticas identificadas, por  Scholem han sido recientemente revisadas, apuntando más hacia una forma reiterada y sostenida, de uso de ese tipo de arameo, identificado, en otros textos herméticos aún más antiguos y provenientes, incluso del periodo tannaítico y palestino.  No hay duda que el Zohar es la fuente principal, de literatura mística judía, sin descartar una importante cantidad, de otros textos, que están incluso íntimamente vinculados al tema, no sólo dentro de la tradición gnóstica, sino apócrifa también. 

Cuando alrededor del año 2003, Mario Permuth publicara su extraordinario libro, el Árbol del Saber, acuñando conceptualmente el término “revelación simétrica”, en el contexto de una serie de fotografías-imágenes, el arte de Mario Permuth va más allá de la presentación de imágenes, coleccionadas o seleccionadas, bajo un cierto orden y criterio, si bien es cierto define la “revelación simétrica” como una invitación a ver o tal vez mejor, en palabras de sus hijos, ambos extraordinarios artistas, Jaime e Igal.  Revelación Simétrica es una “fórmula visual”, en la que imágenes simétricas se “cuajan y unen”, revelando así una nueva, nos dice Igal Permuth, dándole una definición teórica a la propuesta concepción ; Jaime por su parte, nos habla de una búsqueda casi personal, en la que las imágenes “extraordinarias e insospechadas”, penetran en la oscura y tal vez secreta raíz de las cosas, generando desde ese trabajo casi artesanal, nuevas imágenes, que nos hablan desde un futuro al cual se logra llegar mediante la creación de nuevas simetrías, existentes en las cosas mismas, que se revelan en esas combinaciones simétricas, casi matemáticas, que permanecen sin ser vistas, en la naturaleza y todo lo que nos rodea.  Ver como descubrimiento, ver como penetración, en lo visiblemente invisible.  

Como es bien sabido, Mario Permuth al hablar de “revelación simétrica” hablaba de una emergencia visual, que llegaría a las manifestaciones ópticas, de un orden existente, nada evidente, el cual se abre ante la mirada, el ver del lógos, en el sentido originario griego, el ver de verdad, también del que habla el gran filosofo ítalo-guatemalteco, el Dr. Antonio Gallo, en su extensa obra filosófica, un auténtico legado histórico, para Guatemala también.  La también extensa obra de Mario Permuth, nos ha regalado, como continuidad y congruencia, una nueva serie de imágenes, reunidas, bajo el sugerente título, el Tercer Ojo, donde ya la mística se incluye en la simetría y en el orden de lo creado.  Descubrir la presencia del Creador en lo creado, en su obra, ha sido un desiderátum, de las reconocidas visiones, deparadas por la tradición Judeo-Cristiana.  Se trata de un camino muy complejo, con una historia muchas veces trágica y dramática, donde la ignorancia ha atropellado, sin limitaciones, la búsqueda de la sabiduría, el camino del lógos al saber.  Si tomamos o formamos, una selección de diez – el numero acá no es arbitrario – la más importante de las  sefirot es Malchut– imágenes del reciente inventario producido, por el trabajo de Mario Permuth, con el fin de practicar un ejercicio, si se quiere de meditación, tal, aunque no solamente, cabalista, que nos permitiera asociar o vincular, esas imágenes, con los nombres de las diez emanaciones, conocidas como Sefirot, por el Zohar. Hay una indulgencia, como condición de iluminación, que es necesario introducir, las imágenes que Mario Permuth crea contienen figuras humanas, analogías cabalísticas, según una de las más reconocidas tradiciones, en el cabalismo, y, dado que la representación, de la figura humana es problemática, en la concepción central del judaísmo;  sin embargo, lo que se busca acá, es la presencia de la iluminación.  La experiencia de lo divino en la tierra.  Es un sendero sumamente intrincado, en un intento de comparación, podemos asumir, que las imágenes creadas por Mario Permuth son una especia de anticipación o invitación a buscar y ver, no constituyen o aspiran a substituir o reemplazar los diagramas, que representan las sefirot, ni cada imagen corresponde strictu sensu a cada sefira, esa no es la intención.  Lo que, si es una relación muy directa, es la noción de luminosidad, las imágenes son necesariamente luz, las sefirot son vehículos de luz, transmiten iluminación, de un dominio divino a un mundo totalmente humano.  Las imágenes derivadas, en tanto metáforas si se quiere o meras insinuaciones, de la evolución de la revelación simétrica, en tanto una técnica y una manera, de acercarnos a lo fundamental o, dicho de otra forma, nos invitan a un encuentro con la luz misma, repetimos: la experiencia de lo divino en el mundo.

Años atrás Mario Permuth creo una muestra con imágenes, que parecían demonios escondidos, dentro de árboles o en la tierra misma, semi enterrados o disimulando su asechar constante y amenazantes, expectantes del comportamiento humano y de las muestras de debilidad y flaquezas. Difíciles de reconocer y menos aún de nombrar, hay una vieja idea que al nombrar o pronunciar el nombre del demonio desaparecería inmediatamente, alejándose a su propia obscuridad. Esos demonios me hacían pensar, en el descenso a Xibalbá y, en un determinado momento, pensamos, en recurrir a un esfuerzo de nombrarlos, la forma más poética existente, de los nombres de los habitantes de Xibalbá, la encontrábamos en la famosa traducción del francés, de Georges Raynaud, que Miguel Ángel Asturias y J.M. González de Mendoza, del 1927, hicieran del Libro del Consejo, como llamaron al texto del Popol Vuh; la cual contiene bajo enormes licencias poética, una lista de nombres francamente impresionante, así intentamos ponerle nombres a esas figuras demoniacas-emergentes, desde el fondo de la naturaleza misma. Ambiciosa tarea, la cual demandaría aún mayores licencias. Si nos arriesgáramos a seleccionar, diez imágenes, siguiendo la osadía de nombrar las imágenes-demonios, con los de Xibalbá; aplicando el mismo procedimiento a esta colección excepcional, contenidas bajo el sugerente titulo de El Tercer Ojo, intentando establecer una relación de cada imagen, probablemente como meras analogías, con una determinada sefira, las cuales bien podrían ser incorporadas a un nuevo diagrama de las Sefirot, tendríamos una aspiración terriblemente audaz; sin embargo, tal vez, posible, si pensamos, en que el asunto principal es el de las emanaciones de luminosidad, los niveles de acercamiento a la fuente de la luz, pasarían por el establecimiento, de la Tres Triadas, luego, y, con mucha prudencia, abrir la mirada – eso del Tercer Ojo viene muy a cuenta – y penetrar más allá de la niebla y ubicarse, en la presencia de la luminosidad misma. Ahora resultará más evidente, el paso de la revelación, de las formas simétricas a las manifestaciones de cada sefira correspondientes, con ciertas imágenes, estamos así, nuevamente, ante el enorme reto, de adscribir los nombres a las sugerentes imágenes creadas, por Mario Permuth, a través de una autentica experiencia mística, donde la palabra cede, ante el poder luminoso de la imagen y lo que representa; arribamos al misterio del trabajo notable, de Mario Permuth. En la gran tradición cabalística existe un viejo principio, el cual alude a ciertas personas o sus medios y facultades, para asistir a otros a ver la luz, sea vía la participación o difusión, de sabiduría misma o en este caso, al contribuir decididamente a que muchos puedan llegar a la presencia, de esa luminosidad, es el camino de la enseñanza, algo así como el permanente principio del compartir la sabiduría judía, sin restricciones o limitaciones y de esta manera, entre otras, recibir la luz, en este caso, estamos delante, de las simetrías y, en la cercanía de la iluminación, es la invitación, que su obra y creación, nos invitan a caminar. Acerquémonos, desde estos horizontes a las imagen de la futura muestra, para iniciar la ceremonia del ver más allá de las sombras y penetrar en la luminosidad.

On decontextualisation and the Guild of the Nay Sayers.

Roberto Palomo-Silva

Ferdinand Bol, Die Vorsteher der Amsterdamer Weinhändlergilde, 1659, Bayerische Staatsgemäldesammlungen – Alte Pinakothek München.

Guilds are linked to power. Probably the origin of trade as a means of organised exchanges to generate wealth and success lies on the establishment and growth of different guilds. In medieval times they flourished and produced significant amounts of wealth, this has been extensively studied and researched and volumes have been written, telling the stories of their origins and eventual downfalls. Treading States such as the Hanseatic League, just to mentioned one – and it is not the only case -, were very successful whilst organising this fascinating forms of self protection and promotion of economical interests either of merchants and even more, craftsmen as well as others alike and with wealth and riches came also, power. However, the road of the League and its demise is a very well know history, sadly as it might seem guilds survived and mutated into more powerful organization and its double fold identity, trade and politics namely, blossomed into newer versions, Chambers or even some social clubs either/or secret societies, take this with a glimpse, because it could be the other way around. Here the idea of the guilds serves as a metaphor, in the sense not of an allegory, but more like paradigms transforming into models or even, into organised entities, regulated via different alternatives or mechanisms such as bylaws or constitutions, suffice to say that the famous Book of the Eparch dates from the Byzantine times – published under the reign of Emperor Leo VI, around 886-911 CE – and stablished rules and regulation for guilders or traders, amongst others, notably perfumers, spicers, wax candlers amongst others, so therefore the task is as old as time or not metaphorically, the effort to clearly regulate and protect traders, guilders, continues since Constantinople to the current and powerful Chambers of Trade and Commerce in contemporary times. The idea of a Guild of Nay Sayers may be puzzling but serves its purpose as an introduction of the metaphor: there is not, obviously, such a Guild at least not organised and regulated but guides us to the thread of the utterance of the No. The phenomena of the No is barely beginning to be studied and its usage nowadays comes mainly from critical studies and cultural movements. From its humble beginnings the list of merchants and traders, guilders, contained in the Book is frankly very modest if we watch carefully the colossal transformation that has taken place, in our current world even International Organisations, the WTO, in this case, regulate and norm inter state trade, in reality all trade between nations and men. The millennia passed since Constantinople’s attempt to govern and protect trade. Gigantic states control all forms of trade and also immense corporation – some even larger than most world states – compete at all levels for profits and markets. The individual, the human persona, the small dreamer is caught between this incomprehensible reality that totally transcends peoples and human beings. Let us go back to the No.

First page of the Book of the Eprach, Τὸ ἐπαρχικὸν βιβλίον.

There is a well known recurrence, practiced since the interpretation of Sacred Texts started, decontextualisation, during the times of the Rabbis of the Talmud rules were stablished to settle disputes or arguments, sources were employed or invoked to create the correct reading of a text, sometimes contained on Baraithos or other sources, even interpreting or arguing around subjects on the Gemara or other texts, were regular subjects of analysis and various fascinating disputes, the Rabbis crafted hermeneutical rules applied to further readings and even more, formal applications, of a large array of matters that the Talmud addresses. The extraordinary length of the wisdom and knowledge in the Talmud is so carefully developed and such task cannot be fully completed without a method of thinking and analysis and there’s a highly sophisticated one built step by step by the Rabbis. Something similar can be said about other religions and their readings of Sacred Text and the theologies developed by all the Religions of the Book and others even older than judo-cristhianity; generated systems of wisdom and knowledge too, schools of interpretations, different visions and more methods were crafted let us think that the way from the early times of talmudic interpretation, Aristotelian-scholasticism, demythologising and even to the current political Christology, different readings of the Sacred Text were practiced by scholars, theologians and the authority of the Churches themselves, Dogma is being born and official interpretations as well as canonic texts to be consecrated as unquestionable. Kerigma and Mythos. Controversies can be found constantly and endlessly on almost all matters. The secret story of decontextualisation is slowly taking form. Countless of examples can be sited to prove this argument, recently we choose to quote, a very famous television series, on one of the mayor streaming services, a typical case takes place and we witnessed with total astonishment, when some self-called prophet invokes a Jeremiah versicle, complete and notoriously out of context, decontextualising the words and the verse, in favour of a personal reading and totally wrong interpretation, the quote comes from verse 6:1 from Yirmiyahu (Jeremaih) more exactly verses 4 and 5, when quoting only 5 and isolating it and reading as G’d anointing of any prophet or in this particular case, had spoken exclusively to him, it’s best if we allow the text to speak by itself: “5 When I had not yet formed you in the womb, I knew you, and when you had not yet emerged from the womb, I had appointed you; a prophet to the nations I made you.”, however if the verse is totally decontextualised it becomes a sorts of mandate to a certain person that is self-chosen – like in the present case – to become a prophet, whilst totally and completely ignoring the previous verse in which, in the whole context, can unequivocally be understood that G’d is actually addressing Yirmiyahu/Jeremiah, once again by allowing the text to speak by itself: “4 And the word of the Lord came to me, saying:” and continuous onto the above quoted verse 5, what we have here is one of so many examples of this decontextualisation quasi-analysis that uses texts to force a certain reading or interpretation that might support an individual position. Let us not forget that for centuries translation and sometimes very poor translations, have been extensively employed leading not only to false readings and miss-interpretations but as in the case mentioned, deliberate and false “preachings” of sacred texts and also generating theological interpretations, that in many cases conducted to enormous tragedies and even dramatic turn of events. Wars have been fought in the name of false teachings by pseudo prophets and deformed invocations of sacred texts.

The essence of decontextualisation is the No or the No is the essence of decontextualisation. Phenomenological language may or may not sound nowadays kind of outdated, specially in a world dominated by so-called “critical thinking” we prefer the old naming, “critical theory” (Kritische Theorie) or an even better concept-word, Kulturtheorie, much in the sense of an other seemingly outdated language namely that of the “sociology of knowledge” and Walter Benjamin’s notion of Theory of Culture. Excessive critique stablished a form of nay-saying, hypercriticism leads inevitably to the endlessness of permanent arguing and constant confrontation of ideas. Unsolved controversies maintain the dominance of the nay-saying. Although as quoted above, a phenomenology of the No or a phenomenological study of nay-saying probably will be criticised from the mere proposal with the most colourful arguments, specifically as a westernised conception and other not so agreeable and kind terminology. However the idea of opposition and nay-saying, takes many forms, there’s a well know syndrome extensively documented and studied by clinical psychiatry, oppositional defiant disorder or ODD, whilst this is a medical condition treated accordingly, carries the characteristics or symptoms of aggression either/or verbal or physical and constant lying, this behaviour can even continuous in adulthood and throughout. We see and experience all its forms in everyday life and in all levels of existence. Nonetheless the nay-saying as a phenomena is much more than behavioural is an existential limit situation that is manifested as an expression of a pathological malady in a culture impregnated with violence and negation. Nay-saying is in its core destruction. Denying the other of its essential value of affirmation in positivity. Permanent, constant opposition for the mere affirmation of negativity is cruel and a very radical form of the obstruction of truth. I don’t like what you affirm therefore you are not and with that comes the capacity to think, to asseverate, so thus the fully being of the other is completely nullified. Nay-saying in its systematic quasi irrational form of denying everything pertaining to the other is an individual and cultural radical and devastating sickness.

Furthermore, if we are to consider a phenomenology of the nay-saying we should first practice a sort of eidetic reduction in Husserl’s early sense, there is a noema of the No and a nous of the No. Both sides are essential to the understanding of the phenomena of the No because it presents itself with an image but also carries a meaning. The eidos of the No is much more than a mere appearance or a simply image, goes far beyond the mere shape, outline or aspect that shapes a construction, its transcendental eidetic condition leads to the intentionality of the meaning-intent, namely the nullification. The nüllus. The necessary reconstruction of its philological origins and the transformation of the vocable, stablished a fascinating history of its phenomenological constitution as an eidetic figure. Let us simply remember that nüllus brings about nüllificätio, annullätio and nüllificämen, the list grows even larger and longer if we go to all the variants, versions and forms it takes in many others so-called latin languages or Romance languages. The No as nüllus denies, nullifies, annuls or as mentioned above, destroys and generates aggression and violence. Is in its essence is a repudiation of the consensus-building or any sort of agreement or understanding. The paralysing effects of the Nüllus as No produces a renunciation of a common approach to reaching a resolution to a controversy. Entrenchment is the noematic characteristic of its eidetic image. Splitting apart and maintaining the distance built by the process of nullification takes the condition of renunciation. Total lack of a possibility of any sort of consensus-building feeds the entrenchment and separation as a direct result of the nullification. The complexity of the process is such that it requires a very thorough and careful, detailed phenomenological description to arrive and open the hermeneutical level of comprehension, the experience of the Nüllus as generalised it might be, carries a darker cover that impedes and hinders its grasping as a destructive and nihilistic condition.

There is however one aspect that cannot be stressed enough whilst addressing the problematic condition of the Nüllus, all the current and future phenomenological or existential analysis of the Nay phenomena, should be carefully separated from the “right to say no” associated with many important movements occurring in the socio-cultural framework of aggression and abuse, even more the sacredness of the “right to say no” is a completely and not related topic with what we are here attempting to bring forward, the deeper and highly complex nature of the destructive Nay-saying, an ontological and axiological construct rooted and grounded at the essence of the human existence. The task merely underlined, presented in our quest for a more profound comprehension of a phenomena seldom studied outside the psychiatric and psychological domains, here lies the reason why we initiated this argumentation with the metaphor of the Guild, evidently there’s not a Guild of Nay-Sayers, at least as an organised collective body of individuals, nonetheless the extension of the nay-saying is so vast that seems rather paradoxical the lack or absence of large literature on this important subject of study. as an existential analytical standpoint, most likely it will be very difficult not to include the nay-saying as a permanent and constant act, since the theory of the phycological acts in sine of the Fifth Logical Investigation, no longer is employed or referred to as a means to study of any kind of phenomenological acts of the consciousness, as Husserl did with the famous study on the mannequin. The challenge remains thus open, methodologically and theoretically, on how such a study or analysis can be or should be conducted. Considering its fundamental importance the phenomena of the nay-saying as a repeated pattern and the renunciation, resignation via nullification, generated by its seemingly constant reiteration, demands the raising of the proper questions. To conclude and not to close this brief sketch or initial drawing of a very important phenomena, that affects individuals and even groups or entire collective communities, needs to be considered with the utmost seriousness and strict approach, both theoretically and methodologically, the nullification of the nay-saying silently and constantly harms and inflicts pain and hurt on sufferers of all nature of this destructive and deep damaging mysterious phenomena. Decontextualisation and nay-saying have for centuries harmed the correct understanding and hampered the ability to unconcealed truth and wisdom. Leaving in half-truths and blatant lies about fundamental realities or being forced to accept masquerades or worst, historically proven lies as cornerstones of everyday lives, carries a heavy burden of twisting lives and consciousness of a vast array of human persons that at all times have also a sacred right to the truth and the accurate states of affairs and factual realities. Nüll as nay-saying trough decontextualisation is a deliberate deformation and concealment of the truth.